Las mujeres de la república de Myanmar han encontrado en la venta de su cabello una forma rápida de lograr llevar algo de dinero a sus casas.
En la antigua Birmania, el comercio del cabello femenino con destino a los fabricantes de costosas pelucas en China y Corea del Sur se ha disparado en los últimos cinco años, según recogen varios medios asiáticos como The Jakarta Globe.
Hay quienes señalan como inicio de esta práctica a la devastación causada por el ciclón Nargis, que en 2008 dejó cerca de 10.000 muertos en Myanmar, y dejó sin hogar a más de 2 millones de familia.
Según un comerciante de pelo birmano, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters, el cabello sano de una mujer puede llegar a venderse por hasta 35 dólares, una respetable cantidad económica en un país donde el salario medio es inferior a los 20 dólares al mes.
La recuperación económica del país no está siendo fácil desde el paso del Nargis, y todavía existen miles de hectáreas de tierras de cultivo contaminadas por el agua salada, que no pueden ser roturadas.
Desde que en 1962 se hicieran con el poder los militares en Myanmar, el país ha perdido gran parte de la actividad económica que lo hacía una de las naciones más prósperas del sudeste asiático. Hoy día se trata de uno de los estados más pobres del mundo, con una tasa de inflación del 30%.
La venta de cabello para la elaboración de pelucas naturales es una práctica bastante común en algunos países. El precio de tales pelucas es muy elevado por lo que existen lugares, como Medellín (Colombia), en los que bandas criminales se han especializado en asaltar mujeres para cortarles el pelo.