La secretaria del Tesoro adjunta para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Sigal Mandelker, ha instado a «exponer y terminar el contrabando de combustible y otras actividades ilegales» por parte de quienes quieren sacar partido de estas riquezas «para su beneficio personal», según un comunicado.
La medida, que implica la congelación de los activos que estas personas y entidades puedan tener bajo soberanía estadounidense y una prohibición de viaje, afecta a individuos de Libia, Malta y Egipto, así como a empresas con sede en Libia, Malta e Italia.
El Departamento del Tesoro norteamericano ha advertido de que «el contrabando de crudo perjudica la soberanía de Libia, alienta el mercado negro y contribuye a una mayor inestabilidad de la región». Además, «priva a la población de recursos a los que tiene derecho».
El país magrebí vive sumido en el caos desde el derrocamiento de Muamar Gadafi en el año 2011. La falta de un control administrativo único ha limitado la explotación de los recursos energéticos y ha dado pie a su venta en el mercado negro.