Las autoridades de Estados Unidos afirmaron que la captura de Joaquín El Chapo Guzmán se consiguió gracias a las escuchas telefónicas y la utilización de drones o aviones no tripulados.
El dron fue empleado durante un periodo de dos semanas comprendido entre mitades de enero y febrero en un operativo intensivo de búsqueda del líder del cártel de Sinaloa en la ciudad de Culiacán, según reveló ayer una fuente del gobierno estadounidense.
La aeronave teledirigida fue empleada en el rastreo de El Chapo en Culiacán, bajo la autorización del gobierno mexicano, para corroborar algunas informaciones de inteligencia pero no en Mazatlán. También a las personas que habían sido detenidas en la operación contra Guzmán se les intervinieron teléfonos móviles, con los que se pudieron elaborar mapas de las llamadas y grabar conversaciones.
Por otra parte, un funcionario estadunidense confirmó que las comunicaciones de los móviles y los arrestos de un mensajero y un alto asistente de Guzmán llevaron finalmente a su detención. Las autoridades mexicanas y estadunidenses encontraron un teléfono satélite del asistente del capo el 16 de febrero en una casa donde se almacenaban drogas.
Fue la localización de ese móvil la que delató a Guzmán, que lo encendió para pedir ayuda para escapar de Culiacán, donde dijo que estaba escondido en un túnel. A partir de ese momento la Marina prácticamente cercó la capital sinaloense.
El primer eslabón de la cadena que condujeron al arresto de Guzmán fue la detención, el 12 de febrero en Puebla, del narcotraficante Daniel Fernández Domínguez, alias »El Pelacas». Al momento de su detención, Fernández tenía en su poder 20 teléfonos celulares, varios de ellos con registros de llamadas a números con la clave de Sinaloa.
Los servicios de inteligencia y de la Secretaría de Marina determinaron que algunos de esos números pertenecían a los miembros del equipo de seguridad de Ismael »El Mayo Zambada», uno de los principales líderes del Cártel de Sinaloa. Esa información permitió capturar el pasado día 13 a Joel Enrique Sandoval Romero, »El 19», jefe de seguridad de Zambada.
El teléfono de uno de los miembros del equipo de Sandoval tenía un número telefónico que, según aseguró a sus interrogadores, pertenecía a »El Chapo».
El teléfono fue localizado en un domicilio de la Colonia Libertad, a donde llegaron agentes y marinos y encontraron túneles ocultos debajo de bañeras, comunicados con el sistema de desagüe. Pero el capo se había escabullido.
El Gobierno federal esperó unos días para estudiar los movimientos del teléfono y tener la certeza de su ubicación. Pero también se dedicaron a estudiar sus círculos de seguridad, entre los cuales presumen que se encuentran agentes de la Policía municipal del puerto.»Si hubiéramos llegado directamente al objetivo desde el lunes o un día anterior, lo único que hubiésemos logrado es que huyera y se registrara una balacera. Para no fallar, tuvimos que estudiarlo sin que lo detectaran sus cercos de seguridad y policías a sueldo», afirmaron los responsables de la detención.
La única seguridad del narcotraficante era Carlos Manuel Hoo Ramírez, su guardespaldas que lo acompañaba día y noche. Así, la madrugada del sábado, las Fuerzas Especiales de la Armada asaltaron el edificio Miramar y capturaron a Hoo, quien los condujo al cuarto piso donde estaba Guzmán.