Fore, que acaba de concluir una visita de tres días al país asiático, ha resaltado que esos niños tiene «acceso limitado a servicios de educación, salud o protección». «Al mismo tiempo, el 55 por ciento de todos los niños vive en situación de pobreza», ha dicho.
«Es hora de invertir en los niños más vulnerables del país, sin importar su religión, etnia o estado de ciudadanía», ha recalcado Fore, quien se ha reunido durante su visita con la líder ‘de facto’ del país, Aung San Suu Kyi.
Así, ha pedido facilitar a las agencias el acceso humanitario continuado y ampliar la cobertura y la calidad de los servicios básicos para todos los niños, incluidos aquellos que viven en zonas rurales o que se han visto afectados por el conflicto.
Fore, quien se ha reunido también con el ministro de Defensa, Sein Win, ha reconocido los avances logrados respecto al reclutamiento y uso de menores por parte de fuerzas armadas y ha preguntado si el alto el fuego actual facilitará la llegada de vacunas a los estados de Shan y Kachin.
La directora ejecutiva de UNICEF ha aplaudido además la vacunación de catorce millones de niños contra la encefalitis japonesa y ha solicitado alianzas amplias para abordar los desafíos, entre ellos, el de facilitar formación profesional y enseñar habilidades para la vida a los jóvenes que atraviesan su segunda década vital.
En este sentido, ha manifestado que la mitad de los jóvenes de 17 años llegan a la edad adulta habiendo recibido poca o ninguna educación, 50 de cada 1.000 niños mueren antes de llegar a los cinco años de edad y casi cinco millones de niños no beben de fuentes de agua adecuadas.
Asimismo, de cada cinco niños que nacen, uno queda sin registrar. Por todo esto, Fore se ha comprometido a que UNICEF apoyará todas aquellas tareas recogidas en el Plan de Desarrollo Sostenible de Birmania que están centradas en los niños.
En el caso del estado de Rajine (oeste), Fore ha destacado que uno de los campamentos que ha visitado «fue diseñado como refugio temporal, pero ha alojado a familias durante más de seis años».
«Podemos decir que, como poco, las condiciones de vida de estos niños no son ni mucho menos óptimas. Se les ha despojado de su dignidad y se les ha expuesto a violencia, explotación, enfermedades y abandono. Hablamos de familias confinadas en campamentos, privadas de medios de vida y con sus hijos desnutridos. El confinamiento es la única realidad que muchos niños pequeños han conocido», ha lamentado.
Según UNICEF, unos 128.000 musulmanes, entre ellos 126.000 rohingya, permanecen en campamentos e instalaciones similares en el centro de Rajine desde el estallido del conflicto en 2012. Los niños representan el 53 por ciento de esta población, mientras que unos 470.000 rohingya no desplazados viven en otros diez municipios.
Fore ha recordado que cerca de un millón de niños rohingya viven como refugiados junto a sus familias en Bangladesh y ha pedido que se adopten las medidas necesarias para su retorno seguro, voluntario y digno.
«Animo al gobierno y a las empresas a invertir en educación de todos los niños en todos los estados y regiones», ha dicho Fore. «No hay mejor camino hacia la paz que el apoyo a los jóvenes para que diseñen su propio futuro, sin importar quiénes sean o lo que hayan soportado», ha agregado.
«Necesitamos trabajar juntos para que los niños de todas las comunidades de Birmania vean que un futuro es posible en este país», ha remachado Fore al final de su visita.