Ambos desaparecieron el pasado 12 de marzo, junto con cuatro colaboradores congoleños que les acompañaban, en la región de Kasaï, zona de graves enfrentamientos. El Gobierno congoleño ha acusado a «fuerzas negativas» de estar detrás de su secuestro.
«Su misión era investigar las violaciones de Derechos Humanos en la región y contribuir así al restablecimiento de la paz y de la seguridad en República Democrática del Congo», ha recordado el Servicio Europeo de Acción Exterior en un comunicado.
La UE ha reclamado que «los culpables debe ser perseguidos y llevados ante la Justicia» y ha lamentado que «la región de Kasaï se ha convertido en el teatro de graves violencias y violaciones de los Derechos Humanos».