Estos fondos complementarán los que ya recibe el país del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha identificado una brecha financiera de 4.500 millones de euros, y de otros donantes. Los préstamos deberán destinarse a la estabilización económica y a poner en marcha reformas estructurales.
Esta asistencia macrofinanciera es una «forma excepcional de ayuda que la UE concede a países vecinos con dificultades presupuestarias», explica un comunicado. Los desembolsos están condicionados al respeto a los Derechos Humanos, a los mecanismos democráticos y a la implantación de reformas estructurales en un determinado plazo.
Esta es la tercera operación de este tipo que la UE pone en marcha. En 2014 y 2015 Bruselas concedió a Ucrania un total de 2.810 millones en préstamos, pero en enero de este año canceló otro de 600 millones por no cumplir con las condiciones, en especial en los referente a medidas para combatir la corrupción.
Por ello, la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo han acordado incluir en el memorándum de entendimiento la obligación de reforzar la gobernanza, las capacidades administrativas y el establecimiento institucional de medidas contra la corrupción.
Este préstamo deberá ser adoptado ahora sin discusión por el Consejo y la Eurocámara. La Comisión Europea es la responsable de estos desembolsos, cuya utilización será evaluada por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).