Los ministros de Interior de la Unión Europea siguieron hoy apostando por llegar a un acuerdo político para la reforma del sistema de asilo común el próximo mes de junio, un dossier lastrado por la falta de solidaridad de algunos Estados miembros a la hora de acoger a refugiados.
Los socios comunitarios se han propuesto avanzar en este capítulo durante la primera mitad del año, coincidiendo con la presidencia búlgara, lo que implicará encarar si renuncian o no definitivamente al sistema de cuotas, que pocos países cumplen.
Mientras que la Comisión Europea y Alemania proponen un sistema de reparto de refugiados para períodos con muchas llegadas, los países excomunistas del Este de Europa, con Hungría y Polonia a la cabeza, se oponen a esa idea y quieren centrar sus esfuerzos en la protección de las fronteras exteriores.
«Hay que llegar antes de junio al menos a un acuerdo político» sobre el sistema común de asilo, señaló en rueda de prensa el ministro de Interior búlgaro, Valentin Radev, anfitrión del Consejo.
El futuro sistema de asilo común incluirá una revisión del sistema Dublín, el que establece qué país es el competente para cada solicitud de asilo.
A favor de las cuotas para evitar la situación de caos de la avalancha migratoria de 2015 en Europa se pronunció también en la capital búlgara el alto comisionado adjunto de la ONU para los Refugiados y responsable de su protección, Volker Türk.
«Es absolutamente crucial -y esta es un lección aprendida de la situación de 2015- que hacen falta mecanismos de reparto si un país que está en las fronteras externas de la UE se ve afectado de manera desproporcionada por una llegada masiva de personas», dijo en rueda de prensa en nombre de la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR.
Türk, quien participó en el debate de los ministros, mencionó en ese contexto el caso de Italia y Grecia, pero precisó que «puede haber otros Estados miembros afectados» en el futuro por una llegada masiva de solicitantes de asilo, e indicó que en esas situaciones será necesario «basarse en las garantías de solidaridad» de otros países.
El representante de ACNUR recordó que, pese al «escepticismo y cinismo» que desató el esquema de reubicación diseñado por la UE para distribuir entre los países a los demandantes de asilo que llegaron a ella por Italia y Grecia en 2015, se logró reubicar a 31.000 personas.
A favor de reforzar el sistema común de asilo europeo se mostró también el ministro español del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien incidió además en la necesidad de robustecer los controles fronterizos, «una prioridad que es clave para mejorar la seguridad interna de la Unión Europea».
Zoido destacó hoy en Sofía que la política de alcanzar acuerdos con países de origen y tránsito de migrantes es «prioritaria» para España y debería serlo también para que la Unión pueda gestionar mejor la presión migratoria mediante un sistema «ordenado» y «seguro».
«La política que España ha venido aplicando desde hace muchos años, de convenios con los terceros países, así como también el refuerzo del control de fronteras y la colaboración con la agencia Frontex, que está siendo muy eficaz también para políticas de retorno, son prioridades para España y deben ser también prioridades para la Unión Europea», defendió el ministro.
En ese mismo sentido, el comisario europeo de Inmigración, Dimitros Avramópulos, destacó el papel de los acuerdos de la Unión Europea con países de origen de la inmigración como Turquía para gestionar con más solvencia las llegadas masivas.
«La cooperación con terceros países es clave para resolver un asunto global como la inmigración», dijo el comisario, quien añadió que hay «hay que ser capaces de retornar a las personas sin derecho a permanecer en la UE y mantener la puerta abierta a los que necesitan protección internacional».