La activista yazidí Nadia Murad fue convertida en esclava sexual tras ser secuestrada en 2014 por el grupo terrorista Estado Islámico, que raptó a unas 3.000 mujeres y niñas en la parte norte de Irak y desde que logró escapar tras tres años de cautiverio no ha dejado de defender la causa de las mujeres yazidíes y abanderar la lucha contra la impunidad de estos crímenes ante la justicia internacional.
Por su parte, el cirujano congoleño Denis Mukwege ha contribuido a ayudar a miles de pacientes gracias a la labor de su hospital en Bukavu, en la parte este de República Democrática del Congo, a superar las secuelas físicas de la violencia sexual en un contexto de guerra.
La UE destinará un millón de euros al Fondo de Murad para apoyar la estabilización y reconstrucción de la región de Sinjar y atender las necesidades de las poblaciones desplazadas y grupos vulnerables en las zonas liberadas y otros cuatro millones para apoyar los programas de apoyo del cirujano congoleño en su hospital.
Ambos han discutido con los responsables de Desarrollo de los Veintiocho vías para erradicar la violencia contra las mujeres y cómo mejorar el impacto de la ayuda al desarrollo.