«El primer ministro cree que puede hacer lo que quiera», se indigna Dogancan Aksoy. Dogancan, como Ege Gökçeimam, Hazal Aydin e Irem Aksoy, es un joven turco que está viviendo de primera mano las protestas en su país. Los cuatro son estudiantes y viven en Ankara, capital de Turquía y segunda ciudad más habitada del país, además de la urbe en la que más directamente se está viviendo las protestas que recorren el país.
Por tercer día consecutivo, este domingo Turquía arde al grito de «Gobierno dimisión». «El Gobierno hace como que es un hecho pequeño y sin importancia. Pero no lo es. Estamos hartos«, dice Ege. Las calles de la ciudad en la que vive se han llenado de manifestantes, que han salido a la calle a raiz de las cargas policiales que tuvieron lugar en Estambul. Todo empezó cuando un grupo de manifestantes acampó en el parque de Gezi, una zona verde situada junto a la céntrica plaza de Taksim.
Protestaban ante los planes del gobierno de convertir esta zona en un centro comercial. «Los turcos queremos que ese sitio siga verde, con árboles», dice Irem. «Así que empezamos a decir que no cortaran los árboles. No queremos un centro comercial en lugar de una zona verde«. Un grupo de activistas acampó en el parque, «era muy pacífico», dice Dogancan. Este joven cuenta que «estaban sentados, leyendo libros en el parque para proteger los árboles». La mañana del viernes los manifestantes fueron desalojados por la policía en una actuación que ha sido calificada de violenta y brutal. El propio presidente Erdogan la acabó calificando de «excesiva».
«Todos los turcos estamos muy enfadados con la policía y el gobierno porque mató a algunos manifestantes». Nadie recuerda un suceso en el país con tal violencia policial. Y entonces «en Ankara, Estambul, Izmir y otras ciudades la gente se levantó, luchó con la policía». «Es la mayor protesta ciudadana en los diez años de gobierno de AKP. Turcos, kurdos, socialistas, nacionalistas, LGBT, musulmanes, seculares. Todos actuando como un sólo grupo», destaca Dogancan.
UN GOBIERNO CADA VEZ MÁS CONSERVADOR
La decisión de sustituir el parque por un centro comercial fue la chispa de estos conflictos, pero no es ahora el centro de las protestas. «Todo empezó por lo del parque. Pero ha seguido por la política del gobierno«, dice Irem. «La gente también protesta por una nueva ley que prohíbe vender alcohol después de las diez de la noche», cuenta Dogancan. «También estamos en contra de la política turca con respecto a Siria. Debido a la política de fronteras abiertas los terroristas mataron a más de 50 personas en la ciudad deReyhanlı», cuenta. «Erdogan está prohibiendo muchas cosas, y actúa como si pudiera hacer lo que quiere. Estamos protestando contra esto.», explica Ege. «No es una idea de un partido político ni nada parecido, es una protesta civil», añade.
«El partido `AK´ lleva gobernando 10 años», explica Hazal. AK, el partido liderado por Erdogan, volvió a ser elegido en las últimas elecciones para gobernar el país. «Es un partido islamista, y ha ido restringiendo derechos poco a poco, por lo que no ha habido una respuesta hasta ahora, porque eran pasos muy pequeños. Pero hace poco los sucesos de Reyhanli, las restricciones en la compra de alcohol… han sido la gota que ha colmado el vaso».
Los jóvenes son los más activos en estas protestas. «La gente joven no quiere este gobierno, porque están intentando actuar como dictadores. No queremos dictadores en nuestro país. Y la policía trabaja para el gobierno y está atacando a la gente, a civiles. No es sólo una protesta por un parque. Es un problema de la democracia. El gobierno no debería quitarnos nuestros derechos. Estamos luchando por nuestros derechos», explica Irem.
Los jóvenes «no apoyan al gobierno. Gritan contra la resignación. El primer ministro actúa como un dictador. Y se ha vuelto más conservador», dice Dogancan, que señala que Turquía «es un país secular y democrático, y la gente joven quiere que lo siga siendo».
Además, nos cuentan que muchos de los votantes de AK están cambiando lo que piensan a raiz de los acontecimientos de los últimos días. «El partido AK obtuvo un 50% de los votos en las últimas elecciones. Así que podemos decir que la mitad del país estaba contento con elgobierno. Pero las cosas están cambiando porque hay gente a la que se está haciendo daño, y esa gente son amigos y familia de los que apoyaban al Gobierno«, explica Hazal
GAS PIMIENTA PARA DISPERSAR A LOS MANIFESTANTES
«Yo he estado dos días en las protestas en Ankara», nos cuenta Dongancan. «El primer día en Ankara fue tambiénmuy pacífico. La gente cantaba y bebía. Pero a la una de la mañana llegó lapolicía y todo se volvió más grande, como en Estambul. El sábado en el centro de Ankara hubo una manifestación muy grande. Más de 20.000 personas protestaron contra el gobierno en frente del Ministerio. La policía no podía con los manifestantes así que llamaron al Ejército para proteger el Ministerio. La policía no dejaba de echar gas lacrimógeno, también con helicópteros. Tenían pistolas de gas lacrimógeno que tiraba en unas cápsulas. Estas cápsulas hirieron a la gente en las piernas, algunas dieron a la gente en los ojos o en la cabeza. Uno de ellos sufrió daño cerebral. Así que los manifestantes hicieron barricadas con fuego y autobuses públicos y resistieron hasta por la mañana».
Para dispersar a los manifestantes la policía usó gas pimienta, que irrita los ojos y puede provocar ceguera temporal. «Mucha gente, yo incluido, usamos leche para contrarrestar los efectos del gaspimienta. Cuando te ha afectado el gas pimienta no tienes otra opción queretroceder y esperar un rato.», dice el joven turco.
Hazal también quiso acercarse al centro de Ankara para unirse a las protestas, pero sus padres no se lo permitieron. «Mi familia me prohibió ir a kızılay, el centro de la ciudad, porque estoy estudiando derecho y pronto seré abogada y no quieren que me arresten«, explica. Pero comenta que sus amigos que han acudido a las manifestaciones le han confirmado que la policía está usando balas de plástico y concluye que es «pura violencia».
SILENCIO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
«La policía no debería matar gente. Y los medios de comunicación debería nenseñar los hechos, y no guardar secretos», señala Irem. Los medios de comunicación turcos no son ahora mismo una buena forma de estar al tanto de lo que pasa realmente en el país, según nos cuentan los jóvenes. «Los canales de televisión no enseñan nada, apoyan al gobierno. En realidadTurquía ahora mismo es como una zona de guerra. Pero ellos siguen poniendo documentales como si no pasara nada. Pero los turcos nos comunicamos por internet, Facebook,Twitter«, explica Irem. «Halk tv es el único canal de televisión que informa de todo», cuenta Dogancan. «Los que no usan las redes sociales no saben lo que de verdad está pasando. Las noticias que dan los medios no son objetivas«, explica Ege. Pero el hecho de que sólo se usen medios sociales provoca, como indica Hazal, que la información que llegue esté muy contaminada. «Sólo nos llega por twitter. No sabemos el número de muertos o heridos», cuenta.
¿PRIMAVERA TURCA?
Muchos medios no han dudado en calificar a este movimiento de «primavera turca», en analogía a la primavera árabe. Sin embargo, los cuatro jóvenes coinciden en que es un término erróneo y no se puede hablar de una «primavera turca». «Nosotros estamos intentando mantener lo que ya tenemos, no crear nuevos derechos», apunta Irem. «Tenemos un nivel de vida alto, y estamos intentando mantenerlo». Dogancan reitera lo que comenta Irem: «No podemos hablar de primavera turca. La gente en Turquía tiene más derechos y más bienestar. Este lunes la gente irá a trabajar. Esto es solo como una advertencia«. «Estas protestas no tienen como objetivo cambiar el régimen», dice Hazal, sino mantener los derechos que tenían. Son movimientos que no quieren derrocar al gobierno, como ocurrió en la primavera árabe. «Los manifestantes estamos intentando que todo sea pacífico, no luchamos con armas, solo nos reunimos y protestamos, gritamos y leemos libros a la policía», explica Hazal.