De acuerdo con un borrador del comunicado que prepara el Departamento de Seguridad Nacional, al que ha tenido acceso el ‘Washington Post’, el Gobierno notificará a estos 200.000 salvadoreños que tienen hasta el 9 de septiembre para abandonar Estados Unidos u obtener un nuevo permiso de residencia.
Los salvadoreños disfrutaban hasta ahora del Estatus de Protección Tempral (TPS, por sus siglas en inglés), pero la Administración Trump considera que las condiciones en su país de origen han mejorado lo suficiente en estos años para que puedan regresar.
En noviembre el Departamento de Seguridad Nacional ya canceló el TPS para 60.000 haitianos que llegaron a Estados Unidos tras el devastador terremoto de 2010. Poco después hizo lo mismo con 2.500 nicaragüenses. En cambio, ha concedido una prórroga de seis meses a 57.000 hondureños.
Esta medida se enmarca en la política migratoria de ‘mano dura’ que ha desplegado Trump. «La decisión sobre El Salvador es particularmente grave», ha dicho Kevin Appleby, del Center for Migration Studies. «No solo desarraigará a familias y niños que han vivido aquí años, sino que también desestabilizará un país ya violento», ha explicado.