Los tiroteos y secuestros siguen siendo las formas más comunes de violencia en los ataques producidos contra cooperantes durante 2013, según el informe de Humanitarian Outcomes ‘Aid Worker Security».
Más del 60% de los ataques registrados en 2013 a trabajadores de ayuda humanitaria fueron efectuados usando como móvil el secuestro o el tiroteo. Les siguieron las agresiones sin armas de fuego en un 50% de los casos y el uso de explosivos en un 40%.
Aunque la utilización de explosivos y de artillería pesada fue el método menos practicado para el ataque en 2013, la cifra casi dobló a la alcanzada en 2012 cuando el porcentaje apenas suponía el 20% de las agresiones.
Aproximadamente durante 2013, se registraron 18 incidentes de bombardeos aéreos, cuatro atentados suicidas, ocho en carretera, ocho vehículos bomba y seis detonaciones en minas terrestres.
Además de las anteriores formas de violencia, en 2013 se produjeron cinco ‘ataques complejos» en los que se combinaron el tiroteo con la detonación de explosivos. En líneas generales, un coche o un camión conducido por un suicida estalló fuera de una instalación un cargamento de bombas, para que luego varios asaltantes armados penetrasen dentro del recinto.
El año pasado, hubo también dos ataques que tuvieron como protagonista la violencia sexual, así como 25 incidentes en los que no se pudieron determinar la forma del ataque.