El Consejo Federal de Suiza ordenó a principios de 2011 congelar todos los fondos que mantenían en el país los depuestos mandatarios, así como los de personas vinculadas a sus gobiernos. El periodo de congelación de los mismos era de tres años, por lo que iba a llegar a su fin a comienzos de 2014.
El objetivo de dicha decisión es facilitar la asistencia legal bilateral en investigaciones criminales respecto a dichos fondos y bienes. En su comunicado, el Gobierno suizo ha subrayado que «tiene en cuenta el proceso de transición en ambos países».
En el caso de Túnez, la cantidad retenida asciende hasta los 60 millones de francos suizos (alrededor de 49 millones de euros), mientras que en el caso de Egipto la cifra se eleva hasta los 700 millones de francos suizos (unos 572 millones de euros).
Por otra parte, Berna ha destacado que en los casi tres años que han transcurrido desde su decisión «se han hecho avances significativos a la hora de determinar el origen de dichos fondos». «Sin embargo, en ninguno de los casos las investigaciones han avanzado lo suficiente como para que se haya logrado el objetivo», ha matizado.