Los activistas sirios comienzan a alertar del riesgo de ataque químico del gobierno de Al Assad hacia la población para eliminar de raíz cualquier vestigio de oposición.
Una de las ciudades más amenazadas es la de Homs, que, según han contado fuentes de la oposición siria, ha sido ya objeto de ciertos ataques con armamento químico.
En los últimos años, con el apoyo de Irán, el régimen sirio se ha provisto de armamento químico como gas mostaza o los agentes nerviosos sarín o VX, según un informe del Centro estadounidense de Estudios Estratégicos e Internacionales.
El agente nervioso es uno de los tipos de armas químicas más tóxicas y que más rápido se extienden. El VX es el más potente de ellos y cualquier contacto físico con su forma líquida provoca la muerte, a no ser que sea limpiado de forma inmediata. El sarín puede provocar convulsiones, parálisis o fallo respiratorio, que pueden llevar a la muerte.
Ambos son incoloros e inodoros, por lo que las personas pueden sufrir la intoxicación sin saber lo que está ocurriendo. Se cree que estas dos armas químicas fueron utilizadas durante la guerra de Irán e Irak en la década de los 80. Además, el sarín fue empleado en dos ataques terroristas en Japón en 1994 y 1995.
El centro de investigación estadounidense advirtió en 2008 que Siria posee cabezas con las que llevar a cabo una guerra química y que, con la ayuda de su socio iraní, ha desarrollado un programa de armas químicas que le permitiría llevar a cabo una masacre en el momento que estimase oportuno.
El informe apunta además que Siria importó de Irán grandes cantidades de ácido clorhídrico y glicol de etileno, dos compuestos utilizados para la creación de gas mostaza, que pueden provocar ceguera o quemaduras graves y pueden llevar a la muerte.