«Es con profunda tristeza que podemos confirmar que tres miembros del personal de Save the Children han muerto» y que otros «cuatro resultaron heridos en el ataque y están recibiendo tratamiento médico», ha indicado la organización humanitaria, precisando que el resto del personal fue rescatado a salvo de su oficina.
Save the Children ha vuelto a condenar el ataque «en los términos más fuertes posibles» dada la violencia con la que se ha atacado a su personal, que «son dedicados trabajadores humanitarios, comprometidos con mejorar las vidas y el bienestar de millones de niños en todo el país».
A la espera de que concluya la investigación en curso sobre lo sucedido y se aclaren los motivos, la ONG ha defendido que «los ataques contra trabajadores humanitarios nunca deben tolerarse» y ha lamentado que «tienen un impacto directo en los niños a los que trabajamos para proteger».
«Hemos suspendido temporalmente nuestras operaciones en el país tras los acontecimientos de hoy, sin embargo seguimos estando plenamente comprometidos a ayudar a los niños más desfavorecidos de Afganistán», ha asegurado la ONG, que trabaja desde 1976 en el país ofreciendo servicios de salud, educación, nutrición y protección a 1,4 millons de niños afganos.
Según el último balance ofrecido por las autoridades locales, al menos seis personas han muerto y otras 24 han resultado heridas en el atentado, que comenzó con la explosión de un coche bomba tras lo cual los milicianos –hasta cinco– se abrieron paso a tiros en el complejo de Save the Children. Las fuerzas de seguridad afganas no han conseguido recuperar el control de las instalaciones hasta diez horas después del inicio del ataque, que comenzó a las 9.00 horas.