En 1965, la cuestión del Sáhara español era prioritaria en la agenda de la Asamblea General de Naciones Unidas. El argumento para la liberación del territorio se basaba en la Resolución 1514 (XV) de 1960 de la Asamblea General de la ONU, la Declaración de Reconocimiento de Independencia de los Países y Pueblos Colonizados.
A principios de los años setenta, y ante la presión internacional, España decidió convocar un referéndum de autodeterminación que se fijó para 1975. A partir de ese momento comenzaron las presiones de Marruecos y demás potencias coloniales para ralentizar el proceso.
Una campaña para movilizar al pueblo saharaui en nombre de su independencia llevó a una masiva manifestación, en 1970, contra los esfuerzos del poder colonial de convertir al Sáhara en provincia española. Poco después, tuvo lugar la primera acción armada que causó una escalada de bombardeos, masacres y torturas a la población civil.
En mayo de 1975, una Comisión de la ONU viajó al territorio saharaui para comprobar que “el Polisario es la única fuerza política dominante en el territorio y que la inmensa mayoría del pueblo desea la independencia”. Sin embargo, ese mismo año, con la muerte de Franco, el Gobierno español procedió a la entrega del territorio del Sáhara Occidental a Mauritania y Marruecos y comenzaron los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS) y las Fuerzas Armadas Reales marroquíes.
El 14 de noviembre de 1975, España entregó el territorio de Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania, a través de la firma de los Acuerdos Tripartitos de Madrid.