«Es un asunto interno de Iran (…) la injerencia externa que desestabilice la situación es inadmisible», ha sostenido un portavoz del Ministerio en declaraciones a la prensa respecto a la situación actual en Irán.
Desde el jueves pasado, en Irán se están registrando las protestas más graves desde las que tuvieron lugar en 2009 a raíz de la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad. Las protestas comenzaron en Mashhad, segunda ciudad del país, y se han extendido a otras ciudades, incluida Teherán. La televisión estatal ha informado este lunes de al menos diez muertos solo el domingo.
Inicialmente, los manifestantes reclamaban mejoras económicas y protestaban contra la subida de los precios, pero en muchos lugares se ha pasado a consignas en contra del estamento religioso que gobierna el país, incluido el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Así, en algunas ciudades se han escuchado cantos de «abajo el dictador».