Así, Lavrov ha afirmado que es «imposible» que se produzcan nuevas reuniones del ya conocido como Cuarteto de Normandía. El cuarteto de Normandía y el Grupo de Contacto Trilateral –Rusia, Ucrania y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)– son las principales plataformas de consultas que intentar resolver el conflicto entre el Gobierno ucraniano y los separatistas.
Zajarchenko murió por una explosión ocurrida en una céntrica cafetería de Donetsk, un ataque del que los separatistas prorrusos y Moscú responsabilizan a Ucrania.
Zajarchenko, de 42 años, dirigió a las milicias separatistas que en abril de 2014 ocuparon la sede del Gobierno de Donetsk. A partir de ahí, fue subiendo en el escalafón de la administración rebelde hasta que en noviembre de ese mismo año ganó unas elecciones que le convirtieron en el jefe del Consejo de Ministros de la autoproclamada república.
En los dos últimos años, ya se ha informado varias veces sobre su supuesta muerte en varios ataques. Esta vez ha sido confirmada por los propios separatistas prorrusos, así como por Moscú y Kiev.
GUERRA CIVIL EN DONBAS
Las provincias de Donetsk y Lugansk, conocidas conjuntamentes como Donbas, en el este de Ucrania, viven desde hace cuatro años un conflicto armado que enfrenta a las tropas del Gobierno y a los separatistas prorrusos.
A pesar de los acuerdos de paz firmados en 2015 en la capital bielorrusa, Minsk, la guerra civil ha continuado, si bien las líneas de frente permanecen fijas desde hace años.
El representante de Rusia en el proceso de paz de Minsk, Boris Grizlov, ha considerado que la muerte de Zajarchenko convierte a Ucrania en un «Estado terrorista» y complica la continuidad de las negociaciones.
Más de 10.000 personas han muerto y otras miles se han visto desplazadas por los combates, mientras que los habitantes de Donbas sufren una crisis humanitaria, según han denunciado la ONU, Cruz Roja y las ONG sobre el terreno.