Downing Street propone que los ciudadanos comunitarios puedan viajar sin visado a Reino Unido, siempre que sea por turismo o para trabajos temporales, que los jóvenes europeos puedan estudiar en las aulas británicas y que «la gente con talento» de las empresas pueda moverse libremente del país a la UE y viceversa.
«La futura alianza económica debe, por tanto, proporcionar acuerdos recíprocos, consistentes con el final de la libertad de movimiento», incluyendo medidas para «apoyar a los negocios que proporcionen servicios para que puedan mover a la gente con talento», reza el Libro Blanco, según informa ‘The Guardian’.
En este sentido, propone redactar «un libro común de reglas» para fijar los estándares para alimentos y bienes tras el Brexit de modo que puedan «facilitar» los trámites aduaneros. Reino Unido, señala, podría recaudar las tarifas británicas y comunitarias para todos los bienes que entraran en el país.
Eso «eliminaría la necesidad de hacer controles aduaneros», dado que existiría una especie de «territorio aduanero combinado» que garantizaría a Reino Unido el control de sus propias tarifas respecto a los productos procedentes de otras partes del mundo, esgrime.
May ha defendido en la introducción del texto la necesidad de enfocar las negociaciones con la UE «con pragmatismo y compromiso por ambas partes». «Este es el espíritu con el que el gabinete ha acordado un camino a seguir en Chequers», ha añadido, enfatizando la unidad del Gobierno tras las dimisiones de los ministros para el Brexit y Exteriores.
El sucesor de David Davis en la cartera para el Brexit, Dominic Raab, ha afirmado que «este es el enfoque correcto». «Dejar la UE implica desafíos y oportunidades. Necesitamos superar los desafíos y aprovechar las oportunidades», ha subrayado.
La posición de May ha generado malestar entre las filas del Partido Conservador, provocando la dimisión de Davis y de Boris Johnson. El ex ministro de Exteriores ha alertado de que esta propuesta convertiría a Reino Unido en una «colonia» de la UE.