De esta forma, Putin impulsará una reforma para que se clasifique como secreto de estado muertes en operaciones especiales. Bajo la regulación rusa este estatus se aplicaba exclusivamente a militares caídos en un contexto de guerra.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, no se ha ofrecido ninguna explicación por el momento sobre la decisión de Putin. Esta decisión llega después del informe de activistas opositores rusos en el que denunciaban la muerte de al menos 220 militares rusos en el conflicto del este de Ucrania.
Así, el informe denunciaba que Moscú ha gastado más de 53.000 millones de rublos, unos 928 millones de euros, en equipar a grupos separatistas en la región. El estudio lo impulsó Boris Nemtsov, opositor crítico con el Kremlin que fue asesinado en el mes de febrero.