La muerte de Jashogi a manos de funcionarios saudíes en el consulado de Estambul ha reavivado las críticas contra Riad, que dio varias versiones sobre lo ocurrido, pero Pompeo ha publicado un artículo para defender una posición que, como él mismo ha admitido, «no es popular en los salones de Washington».
El jefe de la diplomacia norteamericana ha aclarado que la Administración de Donald Trump «no justifica el asesinato de Jashogi» y que así se lo ha transmitido «en público y en privado» a las autoridades saudíes, pero ha defendido las medidas adoptadas hasta ahora, en concreto la imposición de sanciones contra 21 personas señaladas como responsables directas del crimen.
El Gobierno de Estados Unidos «estudiará nuevas medidas punitivas si salen a la luz más hechos sobre el asesinato de Jashogi», pero por ahora ha preferido no perjudicar sus intereses políticos e incluso salir en defensa –por boca del propio Trump– del príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, al que algunas informaciones sitúan como posible ‘cerebro’ del crimen.
«Reducir las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí sería un grave error para la seguridad nacional de Estados Unidos y sus aliados», ha apuntado Pompeo, que ha descrito al reino árabe como «una poderosa fuerza de estabilización en Oriente Próximo».
En este sentido, ha defendido los esfuerzos de Bin Salman para «erradicar la influencia» de Irán en Yemen, donde Arabia Saudí combate del lado del Gobierno de Abso Rabbu Mansur Hadi y en contra de los rebeldes huthis.
También ha asegurado que el Gobierno norteamericano ha tomado «muchas» medidas para contener la crisis humanitaria yemení y alentar a Arabia Saudí a «minimizar las víctimas civiles». Estados Unidos ha dado, según Pompeo, un «generoso ejemplo» de solidaridad con un conflicto al que ya habría destinado en los últimos 14 meses casi 700 millones de dólares.
El secretario de Estado se ha preguntado si «es una coincidencia que las personas que utilizan el asesinato de Jashogi como arma contra la política hacia Arabia Saudí del presidente Trump sean las mismas que apoyaron el acercamiento a Irán del (exmandatario) Barack Obama».
«¿Dónde estaban estas voces, estas personificaciones de los Derechos Humanos, cuando Obama dio a los mulás montones de dinero para seguir haciendo su trabajo como el mayor patrocinador del terrorismo del mundo?», ha añadido Pompeo, en alusión al acuerdo nuclear suscrito en 2015 y roto este año por Trump.