El OVP ganó las elecciones generales del pasado 15 de octubre apostando por un discurso antiinmigración que encajaba a la perfección con el FPO, que quedó tercero con un 26 por ciento de los votos.
El acuerdo entre el OVP y el FPO convertirá a Austria en el único país de Europa con la extrema derecha en el gobierno. La lucha contra la inmigración ilegal será una de las «prioridades» del nuevo ejecutivo.