«Estoy preparada para adoptar un enfoque más flexible, si Corea del Norte está dispuesto a tomar la decisión correcta, a emprender el camino del cambio», ha dicho Park, en un discurso dirigido a la nación, con motivo del 94º aniversario del levantamiento contra la invasión japonesa.
Park ha subrayado que «solamente cuando Corea del Norte abandone sus provocaciones –incluidas sus ambiciones nucleares–, se abrirá el camino hacia la construcción de la confianza en la península coreana y se convertirá en un miembros responsable de la comunidad internacional».
«Confío en que Corea del Norte cumpla con las obligaciones contraídas con Corea del Sur y con la comunidad internacional para que podamos comenzar a recorrer ese camino», ha sostenido la recién investida jefa de Estado.
No obstante, ha advertido de que, en caso contrario, Corea del Sur adoptará «fuertes contramedidas» para responder a cualquier amenaza procedente del régimen comunista, según ha informado la agencia de noticias Yonhap.
La tensión bilateral entre las dos Coreas se ha disparado en el último año, después de que el régimen comunista lanzara dos cohetes de largo alcance en abril y diciembre de 2012 y realizara su tercer ensayo atómico el pasado 12 de febrero.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado «enérgicamente» estas acciones, al considerar que violan las resoluciones que prohíben a Corea del Norte desarrollar y usar tecnología de misiles balísticos y nuclear.
Pyongyang ya ha advertido de que, si el Consejo de Seguridad aprueba nuevas sanciones en su contra, llevará a cabo más pruebas con misiles balísticos y más pruebas nucleares, subrayando que es capaz de alcanzar Seúl y Washington.
LLAMAMIENTO A JAPÓN
Por otro lado, Park ha instado al Gobierno de Japón a asumir la historia y sus responsabilidades por el periodo colonial de la península coreana, que se prolongó desde 1910 hasta 1945, para avanzar en las relaciones bilaterales.
«Corresponde a Japón tener un correcto entendimiento de la historia y adoptar una actitud de responsabilidad para que podamos desarrollar conjuntamente un papel de liderazgo en el Este de Asia en el siglo XXI», ha considerado.
Park ha argumentado que, «solamente cuando Japón realice este examen de conciencia, podrá obrarse la reconciliación entre ambos países y, entonces, serán capaces de construir una sólida relación y un futuro de progreso conjunto».
La líder surcoreana ha advertido de que hasta que Tokio no cumpla con sus demandas, Seúl no podrá olvidar. «La dinámica hostil de que una parte sea la responsable y la otra parte sea la víctima seguirá de la misma forma, incluso aunque hayan pasado miles de años», ha sostenido.
Los problemas entre ambos países cobraron actualidad el pasado 10 de agosto, cuando el entonces presidente surcoreano, Lee Myung Bak, decidió realizar una visita a las islas Dokdo/Takeshima, cuya soberanía reivindican tanto Seúl como Tokio.
Una semana después, el Gobierno de Japón notificó a Corea del Sur que trasladará el conflicto territorial a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para encontrar una solución pacífica. No obstante, Seúl se ha negado a colaborar, argumentando que ello supondría reconocer que el archipiélago está en disputa.
La tensión bilateral se disparó después de que Lee exigiera al emperador japonés, Akihito, que se disculpara por el régimen colonial en la península coreana (1910-1945) y de que dos altos cargos nipones visitaran un santuario dedicado a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, incluidos criminales de guerra.