Historias rotas, es lo que queda tras el Ciclón Cleopatra que ha arrasado con la isla de Cerdeña, su paraíso. Los más veteranos no se podrían creer lo que estaba sucediendo. «En mis 74 años aquí nunca he visto una cosa igual» – balbuceaba Roberta – «y ahora… no tenemos nada más. 40 años de sacrificios destruidos en diez minutos «.
Fue en menos de diez segundos, como perdieron la vida la familia brasileña Passoni. Isael y Cleide Maria Rodríguez, ambos de 42 años, padres de Laine y Weriston, de 16 y 20 respectivamente. Vivían en un apartamento bajo el nivel del suelo y la gran ola entró sin dejar hueco. Simone Figus, vecino que intentó ayudarles, cuenta que cuando intervinieron ya no había nada que hacer. Había tres metros o más de agua. «En 10 o 15 segundos llegó la marea, que empujaba la puerta con presión. Y esa puerta era la única salida. Era ya un mar. Un mar hecho pedazos«.
Personas atrapadas dentro de los coches, carreteras destrozadas… Y una marea de agua arrasaba con todo lo que encontraba a su paso. Esa misma tarde, como todas las tardes, Francesco de 35 años iba a la guardería a por su hijo Enrico de 3. Cuando ya estaban en el coche de camino a casa, el torrente se hizo aún más fuerte debido a la violenta lluvia, invadiendo por completo la carretera. El padre decidió salir del coche con Enrico y subirse a lo alto de un muro para que el agua no les alcanzase. Refugió al pequeño dentro de su abrigo. El padre de Francesco y otros vecinos lanzaron algunas cuerdas para que se agarrasen y pudieran llevarles a una zona segura. Ya que la altura del agua empezaba a sobrepasar el muro. Tras varios intentos fallidos y tres cuartos de hora después, el agua se llevaba por delante el muro, el padre y el hijo. Todavía abrazado a su padre.
En otra localidad, pero no demasiado lejos y a horas no demasiado diferentes, un padre intentaba salvar a su mujer y a su hija. Patrizia, de 42 años conducía una Smart llevando a su hija Morgana de 2 años a casa, cuando de nuevo se han encontrado con una marea gigante de agua y fango que ha disparado el coche. El padre Innocenzo que conducía pocos metros detrás de ellas, cuando reconoció el coche de su mujer salió corriendo sin dudar para salvarlas. Gritaba y nadaba con fuerza entre el fango, pero debido al peligro vecinos y amigos le cogieron para ponerlo a salvo. Cuando se dio cuenta de la situación, todavía gritaba los nombres de su mujer y su hija. Para calmarlo han tenido que intervenir especialistas en situaciones de emergencia, transportándolo al hospital de Olbia. Después del suceso ha realizado varios intentos de suicidio, todos sin éxito. La familia, amigos y vecinos están cerca de él.
En la provincia de Nuoro ha muerto un policía, Luca Tanzi de 40 años. Respaldaba una ambulancia que transportaba un herido grave al hospital cuando pasando por un puente sobre el río Cedrino, el viaducto ha cedido y el coche se ha precipitado al vacio. Tanzi, casado y con dos hijos perdió la vida. Las tres personas que lo acompañaban se encuentran en graves condiciones. Uno con reanimación por un neumotórax, mientras los otros dos serán intervenidos quirúrgicamente por las fracturas causadas.
Personas presentes en lo sucedido cuentan la poca preparación antes y después del fenómeno. «Por la noche, mi madre de 80 años quedó completamente bloqueada por un metro y medio de agua, fango, basura… Llamaba a emergencias, pero nadie respondía. Pasadas cuatro horas los servicios de emergencia empezaron a responder, y una hora después comenzaron a intervenir«. Así cuenta Betta Fancello, propietaria de un Bed and Breakfast en Olbia. «He tenido que poner a disposición gratuita las habitaciones de mi albergue porque el ayuntamiento no está dando ningún tipo de ayuda a las familias. Y de verdad, está lleno de familias desesperadas que no saben dónde ir. Todos los albergues y hoteles de la zona hemos tenido que abrir nuestras puertas a todas las que lo necesitaban».
La compañía italiana de navegación Tirrenia también ha querido aportar ayuda a través de grandes barcos. Ofreciendo espacio a protección civil y bomberos, ya que otras ciudades de Italia están enviado sus servicios de emergencia. La compañía también permite a los ciudadanos de las zonas declaradas en estado de emergencia viajar gratuitamente hasta el 30 de noviembre.
Nadie se acostumbra nunca a situaciones así. Pero es cierto, que en Italia los ciclones o inundaciones son comunes. Según ciudadanos, «la ley permite construir demasiado cerca del mar y de los ríos. Y nosotros construimos. O construyen. Y así ocurre. Una pena milenaria, en todos los sentidos».