El papa Francisco y el Vaticano jugaron un papel esencial, intermediando en el histórico acercamiento anunciado el miércoles entre Estados Unidos y Cuba, indicó un alto funcionario estadounidense que permanece en el anonimato.
El Papa envió este verano sendas cartas a Barack Obama y Raúl Castro. Además el Vaticano recibió a delegaciones de ambos países para culminar el acercamiento, explicó la fuente.
El presidente cubano, Raúl Castro, agradeció el apoyo del Vaticano y el papa Francisco en el «mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos» y del Gobierno de Canadá por haber facilitado el diálogo de «alto nivel» entre los Gobiernos de los dos países.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, destacó igualmente la implicación «personal» del papa Francisco en el proceso de negociaciones entre su país y Cuba para iniciar una normalización de las relaciones diplomáticas bilaterales.
Por su parte la Santa Sede prefirió no pronunciarse sobre si el papa Francisco jugó un papel clave en los contactos secretos que mantuvieron durante meses delegaciones de Estados Unidos (EEUU) y Cuba para iniciar un proceso de normalización de sus relaciones bilaterales.
Fuentes del Vaticano aseguraron a Efe que prefieren «no decir nada por el momento» sobre si el obispo de Roma ha desempeñado un papel importante en el proceso negociador entre EEUU y Cuba, tal y como señaló el presidente de EEUU, Barack Obama.
No obstante, la Santa Sede ha emitido el siguiente comunicado que por su interés reproducimos íntegramente:
Comunicado de la Secretaría de Estado
El Santo Padre se complace vivamente por la histórica decisión de los Gobiernos de los Estados Unidos de América y de Cuba de establecer relaciones diplomáticas, con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia reciente.
En el curso de los últimos meses, el Santo Padre Francisco ha escrito al Presidente de la República de Cuba, el Excelentísimo Señor Raúl Castro, y al Presidente de los Estados Unidos, el Excelentísimo Señor Barack H. Obama, invitándoles a resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos Partes.
La Santa Sede, acogiendo en el Vaticano, el pasado mes de octubre, a las Delegaciones de los dos Países, ha querido ofrecer sus buenos oficios para favorecer un diálogo constructivo sobre temas delicados, del que han surgido soluciones satisfactorias para ambas Partes.
La Santa Sede continuará apoyando las iniciativas que las dos Naciones emprenderán para acrecentar sus relaciones bilaterales y favorecer el bienestar de sus respectivos ciudadanos.
Vaticano, 17 de diciembre de 2014
Una senda mediadora
La mención que los presidentes de Estados Unidos y de Cuba, Barack Obama y Raúl Castro, han realizado sobre el papel de mediación que ha tenido el Papa Francisco en las gestiones para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países ponen de manifiesto que el Pontífice prosigue la senda mediadora que inauguró en la época contemporánea el Papa León XIII a finales del siglo XIX.
Así lo ha explicado el sacerdote y profesor de Historia de la Iglesia de la Universidad de Navarra Santiago Casas, que puntualiza que los papas han hecho muchas mediaciones y que muchas de ellas no han salido a la luz.
El experto recuerda que el primer conflicto en el que León XIII medió implicaba precisamente a España y Alemania en relación a las Islas Carolinas, ubicadas en el Pacífico y de interés comercial para el país germano.
El Papa reclamaba con esta mediación mantener su papel en la escena internacional después de haber perdido los territorios pontificios con la unificación de Italia. El éxito de esta intervención hizo que durante la década siguiente multitud de potencias solicitasen la intervención del Santo Padre para arbitrar conflictos internacionales. De hecho, aunque con menos éxito que la primera, también se solicitó la mediación del Papa en 1.898 ante la guerra de Cuba, que pertenecía a España, y que se libró con Estado Unidos.
Otra mediación conocida es la del Papa Benedicto XV durante la Primera Guerra Mundial, cuando se puso en contacto con naciones centrales en el conflicto, como Inglaterra y Alemania. Benedicto XV redactó una nota de paz el 1 de agosto de 1917 que fue desoída. Sin embargo, tal y como explica Casas, posteriormente, el presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, propuso 14 puntos para la paz, que recogían muchos de los sugeridos por el Papa.
También se sabe que Juan XXIII, durante la primera sesión del Concilio Vaticano II, medió con líderes rusos ante la crisis de los misiles en octubre de 1962, en la que de nuevo están implicados Estados Unidos y Cuba.
Pero en la historia contemporánea, según Casas, quizá la historia de mediación de más éxito es la que ejerció Juan Pablo II entre Argentina y Chile por el Canal de Beagel. En 1978, Karol Wojtyla, reclamado por ambas naciones, nombró al cardenal italiano Antonio Samorè para mediar en el conflicto.
Además, de sus intervenciones directas, a Juan Pablo II se le recuerda también por sus visitas a Polonia antes de la caída del Muro de Berlín y sus discursos. Casas explica que en ellos se expresa con libertad en un lenguaje que entienden sus compatriotas y que, sin animar a la revuelta, les da las claves de que el Vaticano les apoyará hasta el final. También se recuerdan los discursos de Juan Pablo II a Cuba, que no «eran ofensivos pero casi».
De este modo, este experto en Historia de la Iglesia considera que hay una doble tradición en todos los pontificados contemporáneos de hablar de los conflictos internacionales durante los discursos, en los que se llama a la concordia, por un lado, y de ejercer una labor mediadora a través de las relaciones diplomáticas del Vaticano, por el otro.
Finalmente, interpreta la mención tan instantánea tanto de Cuba como de Estados Unidos a la mediación del Papa Francisco en este conflicto al deseo de ambas partes de no atribuirse todo el mérito en las negociaciones. También cree que han buscado un árbitro internacional que de una salida honrosa para la parte que sale peor parada. En todo caso, subraya que el Papa es una «fuerza moral, sigue siendo interlocutor y se ha asentado está idea de que sea un mediador».