El Gobierno paquistaní describió el ataque como una «emboscada» ejecutada por «unos 30 terroristas» contra un convoy del Cuerpo Fronterizo de Pakistán, que mató a seis militares y dejó heridos a otros 14, todos en estado grave. Cuatro asaltantes murieron en combate.
Esta emboscada ocurrió en la localidad de Kech, en la conflictiva provincia de Balochistán, donde operan varios grupos separatistas a matacaballo entre Irán y Afganistán.
Así las cosas, el Gobierno paquistaní ha pedido al embajador que transmita a las autoridades de Teherán la necesidad de «poner en marcha una operación para neutralizar a los responsables y, en términos generales, poner en marcha un mecanismo eficaz de coordinación fronteriza para evitar que se repitan incidentes así en un futuro», según el comunicado.