En su último informe FEWS Net, la red de alerta temprana de hambruna, advirtió la semana pasada de que en Pibor, en el estado de Boma (este), se cree que más del 20 por ciento de los hogares están en situación de hambruna, y previno de que en Kapoeta Este, en el estado del mismo nombre, la situación podría ser similar, aunque no hay información.
Según indicó, la asistencia recibida durante el primer trimestre de 2018 ha servido para atender a un porcentaje menor de personas que en años anteriores, habida cuenta de que la población necesitada de asistencia está superando la capacidad de la respuesta. A menos que llegue dicha ayuda podría volver a declararse la hambruna en algunas zonas, como ya ocurriera en 2017 en los condados de Leer y Mayendit, en el estado de Unidad.
«Esperar a una declaración formal de hambruna no es bueno. La gente ya está muriendo de hambre y está desesperada», ha defendido el director de Oxfam en Sudán del Sur, Nicolo Di Marzo. «Una mujer de Pibor contó que su familia había recurrido a cocinar hierba y semillas que les hacían enfermar, pero que no tenían otra opción si querían sobrevivir», ha ilustrado en un comunicado.
«Los esfuerzos humanitarios han mantenido hasta ahora a raya la hambruna, pero la necesidad está aumentando a un ritmo tan alarmante que Oxfam y otras organizaciones se están esforzando por seguir el ritmo», ha explicado Di Marzo.
«Estamos viendo tendencias preocupantemente similares en todo el país. Esto no es un problema aislado», ha incidido, advirtiendo de que «hace falta una acción urgente ahora para salvar vidas en Pibor y en todo Sudán del Sur».
Asimismo, el responsable de Oxfam ha defendido la necesidad de que cesen los enfrentamientos. «Sin paz, el hambre seguirá persiguiendo a Sudán del Sur», ha subrayado Di Marzo, que ha llamado a la región y a la comunidad internacional en su conjunto a hacer esfuerzos para «llevar la paz a Sudán del Sur».
Oxfam ha enviado equipos de respuesta de emergencia para apoyar los centros nutricionales en Pibor, ofreciendo agua potable y jabón, y está trabajando con las comunidades para ayudar a evitar enfermedades como el cólera o la diarrea, que pueden provocar un elevado número de muertes entre las personas con desnutrición.