Los líderes aliados acordarán que la OTAN haga más en apoyo a la consolidación de las capacidades de defensa de las fuerzas locales de los países del Norte de África y Oriente Próximo como Túnez y Jordania para que ellos mismos puedan hacer frente a la amenaza terrorista. De hecho es uno de los elementos clave del nuevo marco de adaptación de la Alianza Atlántica para contrarrestar las amenazas del flanco sur que pedirán desarrollar los líderes en Varsovia en la sesión del sábado, muy centrada en cómo la Alianza puede contribuir a «proyectar estabilidad» en su periferia.
Entre otros, acordarán que aviones AWACS de vigilancia de la OTAN aporten inteligencia a la coalición global contra el Estado Islámico que encabeza EEUU en Siria e Irak, aunque los detalles del despliegue no se acordarán hasta septiembre. Los aviones operarán en Turquía y aguas internacionales del Mediterráneo Oriental pero no sobrevolarán Siria.
También acordarán entrenar a las fuerzas iraquíes en Irak y no solo en Jordania como hasta ahora, a petición del Gobierno de Bagdad y mantendrá su disposición de apoyar a las fuerzas libias si el Gobierno de unidad nacional pide ayuda a la OTAN, pero no se espera mucha concreción.
Los líderes aliados acordarán asimismo que «la nueva misión» de seguridad marítima más amplia de la OTAN –que nacerá de la transformación de la actual operación antiterrorista en el Mediterráneo ‘Active Endeavour’, lanzada tras los atentados del 11-S– pueda prestar apoyo a la operación de la UE contra las mafias de inmigrantes en el Mediterráneo Central.
Se contempla prestar apoyo en «inteligencia, vigilancia y reconocimiento y quizá logístico», según fuentes militares europeas y diplomáticas aliadas. Los líderes aliados pedirán a las autoridades militares que inicien la planificación necesaria para ello, según han avanzado fuentes aliadas.
El marco de adaptación para hacer frente a las amenazas del flanco sur también contempla el refuerzo de capacidades «específicas» para hacer frente a las amenazas del sur como las operaciones especiales, las fuerzas anfibias y las capacidades de vigilancia, reconocimiento e inteligencia, en línea con las recomendaciones de las autoridades militares aliadas y el desarrollo de planes de defensa específicos para proteger el territorio aliado.
También prevé que la OTAN siga realizando ejercicios «que no son exclusivamente de defensa colectiva sino también para operaciones de gestión de crisis» como lo fue el ‘Trident Juncture’ que acogieron España, Italia y Portugal.
MANTENER LA MISIÓN EN AFGANISTÁN
Los jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN también acordarán en una reunión a la que asistirá el presidente afgano, Ashraf Ghani, y el primer ministro, Abdulá Abdulá, mantener en 2017 la misión de entrenamiento, asesoramiento y asistencia en Afganistán, que cuenta con cerca de 13.000 militares.
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha anunciado que mantendrá 8.400 militares hasta que concluya su mandato en enero de los 9.800 que tiene, en lugar de los 5.500 previstos inicialmente.
Sin embargo, no se espera concretar el número de efectivos que permanecerá sobre el terreno hasta otoño una vez, se evalúe la eficacia de las fuerzas afganas tras el fin de la temporada de combates.
Los aliados también se comprometerán a seguir financiando a las fuerzas afganas entre 2018 y 2020. Se necesitan 5.000 millones de dólares anuales para sostener 352.000 efectivos del Ejército y la Policía.