El pacto impulsado por Estados Unidos y Rusia y aceptado por el régimen de Bashar al Assad contemplaba la salida de las armas y materiales más peligrosos antes del 31 de diciembre, pero el plazo no se ha cumplido. Damasco alega que existen riesgos graves de seguridad.
En un informe entregado al Consejo de Seguridad y divulgado este martes, Ban ha admitido que existen complicaciones relativas a la seguridad, pero al mismo tiempo ha apuntado que el régimen «tiene suficiente material y equipos para llevar a cabo múltiples movimientos terrestres para garantizar la ágil retirada del material químico».
Ban escribió su informe –con fecha de 27 de enero– antes de que la misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Qúmicas (OPCW) confirmase el traslado de un segundo cargamento. El primero de ellos, en opinión del secretario general, supuso la salida de una «pequeña cantidad» del arsenal y la confirmación de que la operación va retrasada.
«En los últimos días, he hablado con Siria y otros Estados miembro involucrados para expresar mi preocupación por este retraso», ha asegurado Ban Ki Moon.
Pasado el primer plazo, el calendario de traslado y destrucción de las armas contempla la evacuación de todo el material antes del 5 de febrero y su eliminación completa antes del 30 de junio.