Naciones Unidas ha denunciado que los niños en Siria son armas de guerra y ha publicado la lista de la vergüenza con los grupos responsables de los crímenes contra menores: el ejército sirio, los mercenarios que trabajan para el régimen de Al Assad y los combatientes rebeldes.
En un informe sobre la situación infantil de una veintena de países en conflicto, la ONU se detiene en la guerra de Siria, que ha causado al menos 93.000 muertos, y alerta del drama de los niños, que con solo 14 años son reclutados por ambos bandos para combatir, o que sufren torturas en centros de detención y son utilizados como moneda de cambio en la lucha o para castigar al enemigo con su sacrificio.
Los niños soldado se dan en ambos bandos en la guerra en Siria. La ONU cuenta que los mercenarios del régimen, los llamados »shabbiha» utilizan a adolescentes de entre 15 y 17 años para hacer sus incursiones en poblaciones, como en Hamah. También, se han constatado casos de niños de 14 años que ayudan a las fuerzas rebeldes, transportando comida y munición. También luchan estos niños. El informe recoge el testimonio de un médico que ha curado heridas de guerra a adolescentes de 16 años.
No obstante, la ONU tiene constancia de que en algunas zonas el ejército rebelde ha rechazado el reclutamiento de menores que pedían combatir -algunos porque se lo pedían sus familias.
Unicef llama la atención ante el horror de la infancia en Siria: miles de niños han sufrido ataques con bombas de racimo en escuelas, viviendas y en hospitales, bombardeos que se han registrado en ciudades como Alepo, Idlib o Hamah.
El Comisionado de Derechos Humanos ha advertido este jueves de que «hay casos de niños torturados y ejecutados, solos o con sus familias enteras. Crímenes contra bebés incluso».
La ONU ha documentado torturas, agresiones sexuales y secuestros de menores por parte de las fuerzas del régimen, que utilizan a los hijos como castigo al otro bando. Palizas, descargas eléctricas, violaciones… Un adolescente de 16 años relata cómo fue testigo de la violación y asesinato de una amiga de 14 años.
El terror se vivió en una escuela de primaria en As Safira, en Alepo, donde las fuerzas del régimen tomaron como rehenes a 55 alumnos de entre 10 y 13 años para expulsar a los rebeldes. Los colegios se han convertido en la guerra en cuarteles y centros de tortura, mientras que en los hospitales se refugian francotiradores y son detenidos jóvenes y personal por socorrer al enemigo.
Las violaciones y detenciones también se producen en el bando rebelde. La ONU denuncia que menores son secuestradas y violadas por fuerzas opositoras en ciudades donde se sospecha que existe simpatía hacia el Gobierno.
La representante especial de la Secretaría General sobre la materia, Leila Zerrougui, pide compromiso internacional para parar esta masacre y a los dos bandos tomar medidas urgentes para proteger a los niños. Zerrougui advierte de que los niños están cada día más desprotegidos, en una guerra donde los frentes se van difuminando y aumentan las tácticas del terror.
La guerra, que va por su tercer año, ha causado 93.000 fallecidos. Desde julio mueren cada mes unas 5.000 personas. La ONU cree que la cifra real es más alta, ya que muchas muertes no se denuncian. Más del 80% de los fallecidos son hombres, pero también han muerto más de 1.700 niños menores de diez años.