La Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH) ha condenado este lunes el asesinato del periodista Carlos Domínguez Rodríguez el sábado en la localidad de Nuevo Laredo, situada en el estado de Tamaulipas (noreste).
El representante de la OACDH en el país norteamericano, Jan Jarab, ha destacado que «el terrible asesinato de Domínguez confirma el riesgo de ser periodista en México, y en particular en Tamaulipas».
Así, ha recordado que el estado «ya está señalado por el efecto inhibitorio sobre la libertad de expresión en el estudio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) »Zonas Silenciadas: regiones de alta peligrosidad para ejercer la libertad de expresión»».
Jarab ha reclamado a las autoridades que investiguen el asesinato, recordando que «la impunidad favorece a quienes agreden o matan a periodistas y genera un círculo vicioso de violencia que urge frenar».
«Sabemos que durante los procesos electorales se incrementan las agresiones contra periodistas, por ello, es necesario que las autoridades federales y estatales adopten medidas específicas de prevención y protección de cara al proceso electoral de 2018», ha resaltado.
Por último, ha expresado sus condolencias a la familia del periodista y a sus colegas, pidiendo a las autoridades que garanticen la atención necesaria y protección a los familiares de Domínguez.
Domínguez era un periodista independiente que escribía una columna política y antes trabajó en »El Diario de Nuevo Laredo». En su último artículo publicado denunció la creciente violencia y los asesinatos de políticos.
El año pasado trece periodistas fueron asesinados en Guerrero, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua, Baja California Sur y Veracruz, estados afectados por la violencia de las bandas criminales.
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) alertó en diciembre sobre las condiciones para ejercer el periodismo en México, que se convirtió en uno de los cinco países más peligrosos para ejercer la profesión.