Todo ocurrió el sábado, cuando el ‘Aquarius’ recibió una alerta italiana de una lancha hinchable con 120 personas a bordo en aguas internacionales a unas 23 millas náuticas de la costa libia. Un avión militar europeo identificó primero la embarcación, que tenía problemas, pero el primer buque que llegó al lugar fue el ‘Aquarius’, que contactó a las 11.00 horas.
Las autoridades italianas informaron al ‘Aquarius’ de que los guardacostas libios se encargarían del rescate, por lo que se les ordenó esperar. Fue entonces cuando los rescatistas se percataron de que la embarcación hacía aguas y que estaba sobrecargada.
A las 12.45 horas se cerró un acuerdo para la intervención del ‘Aquarius’ para repartir chalecos salvavidas a las personas a bordo de la embarcación y evaluar su estado de salud. Un sanitario se acercó en una lancha rápida e identificó 39 casos médicos y vulnerables, incluido un recién nacido, una embarazada, menores y familiares de los mismos que fueron llevados al ‘Aquarius’.
A Las 13.52 el ‘Aquarius’ recibió orden de los guardiacostas de alejarse del lugar, por lo que decenas de personas quedaron en manos de los libios, que intervinieron a las 14.09 horas y se llevaron a los inmigrantes de vuelta a Libia.
MSF recuerda en su comunicado las «reacciones violentas de los guardacostas libios de los últimos meses» y destaca que en el ‘Aquarius’ había 253 rescatados de los dos días anteriores. Además, MSF subraya que Libia «no es un lugar seguro» y que «inmigrantes y refugiados no deberían ser llevados allí bajo ninguna circunstancia».