En un vídeo publicado en su cuenta en la red social Twitter, Lowcock ha detallado que ha visitado a los condados de Unryul y Sinchon, situados en la provincia de Hwanghae Sur, para analizar la situación sobre el terreno.
«Más de la mitad de los niños en las zonas rurales, incluidos los lugares en los que hemos estado, no tienen agua potable, son fuentes de agua contaminada», ha dicho, antes de agregar que «cerca del 20 por ciento de los niños del país tienen desnutrición».
Asimismo, ha apuntado que la delegación ha visitado un hospital que no cuenta con apoyo de la ONU y en el que «había 140 pacientes con tuberculosis y medicinas para sólo 40 de ellos». «Existe claramente una necesidad humanitaria», ha insistido.
Lowcock ha reconocido por otra parte que «está claro también que el acceso de los trabajadores humanitarios está mejorando», al tiempo que ha resaltado que seguirá manteniendo encuentros con el Gobierno «para pensar qué más puede hacer la ONU para ayudar a satisfacer las necesidades humanitarias en Corea del Norte».
La OCHA anunció la semana pasada el viaje de Lowcock, que es además subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, entre los días 9 y 12 de julio, en la que es la primera visita de este tipo al país asiático desde 2011.
El organismo resaltó que Corea del Norte «continúa sufriendo una larga extendida crisis humanitaria que es en gran parte ignorada por el reto del mundo», antes de detallar que más de diez millones de personas, es decir, el 40 por ciento de la población, necesita ayuda humanitaria.
Así, señaló que «la inseguridad alimentaria crónica y la desnutrición son generalizadas, lo que provoca que uno de cada cinco niños sufran retrasos en el crecimiento», mientras que «el acceso a los servicios básicos (…) es un desafío para gran parte de la población, especialmente en las zonas rurales».
Las agencias humanitarias que trabajan en Corea del Norte lanzaron en abril un plan de prioridades que requiere una financiación de 111 millones de dólares (cerca de 95 millones de euros) para entregar ayuda humanitaria a seis millones de personas que se encuentran en un estado de especial vulnerabilidad.
El organismo afirmó que «las agencias humanitarias se han visto forzadas a reducir de forma significativa sus programas debido a los recortes en la financiación» y ha dicho que «esto no sólo supone una amenaza inmediata para la gente ordinaria que depende de la ayuda de las agencias internacionales, sino que supone un riesgo para los desarrollos positivos que el país ha logrado en los últimos años en áreas como la mortalidad infantil y materna».
La visita tiene lugar en un momento en el que Corea del Norte ha protagonizado una apertura diplomática y un acercamiento a Corea del Sur y Estados Unidos con sendas cumbres entre Kim Jong Un y los presidentes de ambos países, Moon Jae In y Donald Trump, respectivamente.