Mubarak, de 86 años de edad, ha estado en prisión durante estos dos años. El exmandatario fue condenado en 2012 a cadena perpetua por la muerte de más de 800 manifestantes durante las revueltas que derivaron en su salida del poder, aunque una corte de apelaciones ordenó la repetición del juicio por «irregulares de procedimiento».
El expresidente también ha sido acusado de utilizar de forma ilegal fondos estatales para renovar y redecorar varias de sus casas. En este sentido, tanto Mubarak como sus dos hijos habrían utilizado 125 millones de libras egipcias (alrededor de 13,4 millones de euros) de los fondos destinados a la Presidencia para llevar a cabo entre 2002 y 2011 compras de carácter personal para sus residencias en Heliópolis, Orabi, Katameya, Sharm el Shiej y Marina.
Los medios locales han informado de que Mubarak espera obtener la absolución de todos los cargos, como una especie de reconocimiento como sus años en el poder y por haberse hecho cargo del país tras el asesinato de su predecesor, Anwar Sadat.