La población de Sierra Leona, uno de los tres países africanos más afectados por el ébola, no podrá salir de sus casas durante tres días a partir de la medianoche de este viernes para tratar de contener la propagación del virus. Una medida muy criticada entre las agencias humanitarias porque provoca desconfianza y aíslan a la población.
“Las medidas coercitivas para detener la expansión del ébola son negativas para la población porque comprometen la confianza entre la población y los profesionales de salud”, asegura Médicos Sin Fronteras.
Muchos de los habitantes carecen de «los medios para visitar todas las viviendas en tres días» y además muchos habitantes «no tienen recursos para permanecer tres días en casa sin salir». Para esta organización es una medida contraproducente.
La ONU también critica esta a medida porque no combate la enfermedad y mima los esfuerzos por detener su expansión. En este sentido, pide también que se levanten las restricciones impuestas en las fronteras. Una medida que también reclaman de MSF.
Según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus ha alcanzado ya a 4.985 personas en Guinea Conakry, Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Senegal, de las cuales han muerto 2.461.
Hace poco más de un mes (8 de agosto), los contagiados eran 1.779 y las muertes 961. Hace algo más de dos meses (8 de julio), el virus había infectado a 844 personas y había matado a 518.
Aunque el brote se originó el pasado mes de marzo en Guinea Conakry (936 casos hasta la fecha), los países más castigados continúan siendo sus vecinos Liberia y Sierra Leona, con 2.407 y 1.620 contagios, respectivamente.
Los tres han puesto en marcha medidas de choque para frenar la expansión del virus, o al menos mitigarla, tales como cordones sanitarios, restricción del movimiento de personas o desinfección de lugares públicos. Hoy, Sierra Leona inicia un toque de queda de tres días que prohíbe a los ciudadanos salir de sus viviendas, algo carente de sentido para las principales organizaciones médicas.
La mayoría de estas acciones tiene un efecto marginal y enmascara un cúmulo de problemas subyacentes: las férreas costumbres sociales y religiosas del oeste de África, el bajo nivel de alfabetización y una acuciante carencia de preparación y recursos médicos.