Luigi Ciotti compagina su vida entregado a Dios y a combatir a las mafias que reinan en Italia desde hace más de 150 años. Asegura que facen falta leyes y voluntad política los 365 días del año. Presidente de la asociación antimafia »Libera» ha organizado multitudinarios encuentros para luchar contra el crimen organizado en el corazón de Nápoles, tierra de la camorra junto a otras 150.000 personas.
Durante una entrevista en su casa de Turín para el diario Lanación.com reitera que debe haber continuidad en el compromiso contras las formas de la ilegalidad y la corrupció. «Ciertamente hay personas que creen en esto, y hacen política en un modo claro y transparente, pero también están quienes no han tomado conciencia de que el problema de la mafia es central porque las mafias le quitan la libertad a un país. ¡Italia tiene una presencia criminal mafiosa desde hace 150 años! Y el hecho de que en estos 150 años no se haya logrado borrar esta presencia levanta muchos interrogantes», asegura.
Este sacerdote es famoso en Italia no solo por su lucha contra la mafia sino por llevar a cabo proyectos de construcción para difundir la cultura. En 1946 Ciotti creó el prestigioso grupo Abele que ayuda a aquellas personas que viven marginadas como enfermos de Sida, inmigrantes, prostitutas, sin techo…
«Cuando llegué a Turín desde el Veneto tenía 5 años. Hay experiencias familiares, también sufrimientos, que te marcan. Mi padre trabajaba en una empresa de construcción que había ganado la licitación para el Politécnico (la universidad de la ciudad), por lo que tenía empleo, pero no tenía casa, y por eso vivíamos en una casilla… Yo estaba orgulloso de mis padres, pero tuve que enfrentarme con los prejuicios y las etiquetas fáciles que siempre han acompañado a los inmigrantes», reconoce en la entrevista y todo esto fue lo que le llevó a realizar todos los proyectos.
«Más tarde, a los 17 años, yendo en tranvía a la escuela, todos los días veía a un señor desesperado sobre un banco de una plaza. Para mí fue algo espontáneo acercarme, preguntarle qué le pasaba. Después involucré a algunos amigos, algunos ayudaban un par de veces, otros no venían más… Pero como yo soy un montañés testarudo nunca me di por vencido y, después de tres años, nació el Gruppo Abele«, agrega.
EL NARCOTRÁFICO LE ACERCÓ A LA MAFIA
Fue a través del contacto con jóvenes adictos cuando se dio cuenta de que las víctimas de la droga también eran víctimas de la mafia. La primera vez que este sacerdote se involucró en la lucha contra el crimen organizado fue cuando la mafia asesinó a los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, en 1992. «Entonces, como muchos italianos, sentí la urgencia de transformar la indignación en acción», explica Ciotti. Fue en este momento también cuando fundó la revista »Narcomafie».
UN SACERDOTE QUE HA TENIDO PROBLEMAS CON LA IGLESIA
Está claro que Ciotti no es un sacerdote convencional. Tuvo serios problemas con la Iglesia a mediados de los ochenta cuando fue presidente de la Liga Italiana de Lucha contra el Sida, entidad que había firmado el documento de las Naciones Unidas que recomienda el uso del preservativo como uno de los métodos de prevención de la enfermedad. «Entonces para mí fue un gran alivio encontrar a varios hombres de la Iglesia con una posición menos intransigente, más capaz de entender a las personas», reconoce.
También tuvo serios problemas cuando creó la revista »Libera». Asegura que los hombres de la Iglesia no deben callar ante las injusticias «Debemos tener el coraje de la denuncia, de la palabra», indica. «Estoy convencido de que la Iglesia o es profética, o no es Iglesia. O es capaz de mirar más allá, de comprometerse en el hoy para construir un futuro distinto, de leer los cambios de hoy, de ensuciarse las manos, o no es Iglesia», concluye.