«Es suficiente. Dejemos de lado la avaricia por el poder, estabilicemos el país, volvamos a la democracia y demos a nuestro pueblo una oportunidad de vivir en el país que merece», ha resaltado, según ha informado la emisora local Eye Radio.
Así, ha recordado que «los combates que han sepultado al país durante los últimos cinco años son extremadamente mezquinos, dado que se trata de una lucha de poder», al tiempo que ha denunciado que «la mayoría de la población vive ahora en la pobreza».
«Hemos abandonado completamente nuestra visión y nos hemos vuelto contra nuestro pueblo, estamos depredándolo. Estamos vendiendo el país por el que millones de personas han muerto», ha dicho Kiir.
En este sentido, ha señalado que los sursudaneses «se levantaron en armas contra los gobiernos de Jartum para establecer un sistema democrático». «Ahora estamos contra la democracia y nos preocupan los intentos para hacerse con el poder a través de la violencia u otros caminos no constitucionales», ha criticado.
«El camino hacia la estabilidad en Sudán del Sur es a través de la democracia y las elecciones democráticas», ha argumentado el mandatario. «Es por eso por lo que luchamos, y no lo pondremos en peligro», ha recalcado.
De esta forma, Kiir ha manifestado que «los intentos violentos de usurpar el poder de manos de la gente serán respondidos por una resistencia violenta, y el círculo de violencia no terminaría».
«El acuerdo de paz que hemos firmado (en septiembre de 2018) da la oportunidad a todas las partes para trabajar de buena fe y aplicarlo y al final del periodo de transición están las elecciones», ha explicado.
«INVERTIR EN LA TRANSICIÓN»
El presidente sursudanesa ha abogado por «invertir todos los recursos en garantizar que la transición tiene éxito y que el próximo Gobierno refleja la voluntad popular tras unas elecciones supervisadas internacionalmente».
«A menos que alguien no confíe en su capacidad para persuadir a los votantes, todos debemos defender las elecciones democráticas, y los derrotados deben prepararse para las siguientes. Este es el principio de la democracia», ha agregado.
Por otra parte, ha reiterado su «perdón de corazón» a todos los que «orquestaron el uso de la violencia para buscar el poder», al tiempo que ha pedido a la población «que también les perdone».
«El acuerdo (de paz) que tenemos ante nosotros ha reconciliado todas las visiones divergentes y necesitamos aplicarlo con confianza entre nosotros», ha dicho, antes de pedir «volver al camino de la democracia para no retrasar el desarrollo del país».
«Si trabajamos juntos ganamos todos y viviremos una vida digna en nuestro país. Cuando luchamos perdemos todos y traemos la vergüenza a nuestro país y a nosotros mismos», ha zanjado el presidente sursudanés.
El conflicto en Sudán del Sur estalló en diciembre de 2013 e inicialmente enfrentaba a las fuerzas de Kiir y con las leales al exvicepresidente Riek Machar, pero posteriormente fueron surgiendo otros grupos armados. Las partes firmaron en 2015 un acuerdo de paz, que quedó roto el verano siguiente, recrudeciéndose el conflicto.
En la actualidad, hay 7,1 millones de personas necesitadas de ayuda y casi 6,5 millones que se enfrentan a problemas para garantizar su alimentación. Asimismo, 1,9 millones de sursudaneses están desplazados dentro del país, mientras que otros 2,3 millones han buscado refugio en los países de la región, principalmente Uganda.