En una comparecencia en Ginebra junto al ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, Kerry ha sugerido que la opción militar sigue siendo una vía válida para responder a la amenaza siria, pese a que Washington y Moscú discuten la viabilidad de la propuesta rusa sobre las armas químicas de Damasco.
Mientras las potencias analizan la conveniencia o no de que este plan vaya acompañado de una resolución de Naciones Unidas y negocian cuál sería su contenido, el jefe de la diplomacia norteamericana ha advertido de que la propuesta «no es ningún juego» y «tiene que ser real». «Las palabras del régimen (sirio), en nuestra opinión, no bastan», ha añadido.
En este sentido, Kerry ha subrayado que, para que sea «creíble», debe acarrear «consecuencias». El presidente de Rusia, Vladimir Putin, considera en cambio que la resolución no debería incluir una amenaza sobre el uso de la fuerza, mientras que el mandatario norteamericano, Barack Obama, mantiene abierta la opción de la intervención militar.
Lavrov ha considerado que dicha acción será «innecesaria» en caso de que Damasco renuncie a sus armas químicas. «Estoy convencido de que nuestros compañeros de Estados Unidos, como ya ha manifestado el presidente Obama, quieren una resolución pacífica del conflicto», ha apuntado.
El secretario de Estado de Estados Unidos, para quien la diplomacia «siempre» ha sido la primera opción, ha dicho que todavía es demasiado pronto para saber si las actuales discusiones se traducirán en resultados concretos, entre otras razones por los «desafíos técnicos» existentes.
Kerry y Lavrov se han citado en Ginebra durante dos días para tratar de acercar posturas y negociar los detalles de una propuesta de cesión de armamento que Damasco ya ha aceptado pero ante la que Washington se ha mostrado escéptica. Entretanto, el Congreso norteamericano negocia una posible autorización de la intervención militar en Siria.
CONVENCIÓN INTERNACIONAL
El régimen sirio ha remitido ya a la ONU la petición para adherirse a la Convención sobre Armas Químicas, el tratado internacional que promueve el control y la reducción de este tipo de armamento, y ha prometido suministrar los datos sobre su arsenal en un plazo de 30 días, tal como establece el protocolo estándar.
«Hemos recibido un documento de adhesión y estamos en el proceso de traducirlo y estudiarlo«, anunció ante la prensa un portavoz de la ONU, Farhan Haq.La adhesión de Siria a esa convención es uno de los puntos incluidos en la propuesta de Rusia para que el régimen de Bachar al Asad ponga sus armas bajo control internacional a fin de proceder a su posterior destrucción.
Es un «documento de adhesión» y el «primer paso» para unirse al tratado, indicó el portavoz de la ONU, sobre el proceso elegido por las autoridades sirias, que tiene los mismos efectos jurídicos que la ratificación, la aceptación o la aprobación.
El presidente sirio anunció hoy su intención de remitir a la ONU y a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas los documentos necesarios para la firma del acuerdo para la entrega de su arsenal químico.
Según la propuesta rusa entregada a Estados Unidos, Siria se incorporaría a la Convención Internacional sobre la Prohibición de Armas Químicas, declararía su producción y sus existencias, y autorizaría la entrada de inspectores internacionales.
Para Kerry, sin embargo, «no hay nada estándar en este proceso por la forma en que se ha comportado el régimen». «No sólo por la existencia de estas armas, sino porque las ha usado», ha agregado, haciendo hincapié en su escepticismo.