Alrededor de 6.000 nuevos terroristas se unen cada mes a las filas de los terroristas de Estado Islámico. Una cifra muy preocupante que refleja la influencia que los yihadistas tienen en las redes sociales, en los foros y en centros de reclutamiento como mezquitas o cárceles.
Según informa el Observatorio de Derechos Humanos, el pasado mes de julio fue todo un éxito para los extremistas por los que se calcula que han sobrepasado los 50.000 combatientes en Siria, de los cuales alrededor de 20.000 son extranjeros.
EL portavoz de esta ONG, encargada de contabilizar la situación de los derechos humanos en Siria, asegura que más de un millar de los nuevos reclutas son extranjeros. Chechenia, China Europa y los países árabes encabezan la lista.
El Estado Islámico lanzó hace un mes una sangrienta ofensiva sobre Irak que le ha permitido hacerse con el control de la provincia de Nínive y zonas de Kirkuk.
En Siria es considerada la fuerza combatiente más eficaz contra el régimen del presidente Bashar al Asad. Tras haber sido acogidos favorablemente por algunos rebeldes sirios, éstos acabaron alzándose en armas contra ellos. Este cambio se debió a su voluntad hegemónica y a las atrocidades que se le atribuyen, sobre todo el secuestro y la ejecución de civiles y de rebeldes de movimientos rivales.
El rol de combatientes extranjeros en la filas de ISIS no es nuevo. Durante la década de los 90, cuando Zarqawi formó Jamaat al-Tawhid wa-l-Jihad (JTWJ), embrión de lo que hoy conocemos como ISIS, su fama crecía entre los extranjeros por su brutalidad, condición que animó a algunos combatientes a unirse a sus filas. Precisamente, el mosaico de nacionalidades que nutre las filas de los yihadistas que favoreció la red logística y financiera del grupo, según Aaron Zelin, experto en Seguridad del Instituto para Políticas del Cercano Oriente, con sede en Washington.
Una ofensiva global contra la yihad
El anuncio de la ejecución provocó reacciones de horror y llamados a reforzar la ofensiva antiyihadista en Irak. Francia abogó por una «estrategia global» contra EI, al que definió como «un casi Estado terrorista» y Alemania se dijo dispuesta a enviar armas para ayudar a los kurdos iraquíes.
El primer ministro británico, David Cameron, interrumpió sus vacaciones para discutir con representantes de su gobierno y de las agencias de inteligencia «la amenaza que constituyen los terroristas de la organización Estado Islámico».
Cameron ha expresado en muchas ocasiones su preocupación por la participación de islamistas británicos en las guerras de Siria e Irak y por su posible regreso con la intención de llevar la «yihad» en suelo británico.
Once personas detenidas en suelo europeo
Dos adolescentes de 15 y 17 años fueron detenidas en Tarbes y Lyon (sur de Francia) en una investigación vinculada a movimientos que buscan sumarse a la yihad en Siria, informaron este miércoles fuentes judiciales.
Las dos detenciones, que tratándose de menores no pueden legalmente superar las 48 horas, fueron prolongadas excepcionalmente el miércoles. Las mismas se produjeron en el marco de una investigación preliminar por asociación para delinquir vinculada a actividades terroristas iniciada por la fiscalía de París, precisó a la AFP una fuente judicial.
La investigación seguía la pista de una posible partida a la yihad (guerra santa islamista) en junio pasado de otra adolescente de 14 años residente en Argenteuil cerca de París, precisó la fuente.
Las autoridades francesas se inquietan del fenómeno de estos viajes a Siria y los riesgos de atentados a su regreso a Francia de candidatos más radicales que buscan sumarse a la yihad.
La fuerzas de seguridad austríacas detuvieron este miércoles a nueve personas sospechosas de pretender viajar a Siria para unirse a las milicias yihadistas activas en el país árabe, informó el Ministerio del Interior de Austria.
Los detenidos, que disfrutan de asilo en Austria, están siendo interrogados por la policía después de que el servicio de inteligencia interior (BVT) tuviera información de sus intenciones.
Las autoridades no han informado de la nacionalidad de los detenidos ni tampoco de la milicia extremista en la que pretendían integrarse en Siria, según la radio pública ORF.