Mientras los países europeos se resisten a llevar efectivos sobre el terreno, Irán tiene claro que sin fuerzas sobre Irak no podrá derrotar al Estado Islámico y lo que es más importante, no podrá legitimar su ascenso como actor regional importante.
En el corazón de esa campaña, aunque en las sombras, está un hombre: el general Qasem Soleimani, el líder de la fuerza iraní de élite Quds, brazo exterior de la Guardia Revolucionaria.
Soleimani cuenta con la confianza del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, según explica BBC. «Se ha ganado su poder porque trata directamente con las unidades en el terreno. No le atemoriza viajar por Siria e Irak para asegurarse de que las milicias son capaces de enfrentar la amenaza de EI», le explica a la BBC Hayder al Khoei, del Instituto Real de Asuntos Internacionales. «Tiene credibilidad en la esfera política y también en la militar», agrega. Quienes lo conocen lo describen como un hombre que dice poco y logra mucho.
France 24 también se hace eco de su participación en los combates en Irak. Consideran al general como el general a cargo de las operaciones externas iraníes. En ese sentido, también fue muy activa su colaboración con el ejército sirio en 2013.
Soleimani está a cargo de la temida fuerza Quds (Guardia Revolucionaria), fundada pocos meses después de la Revolución Islámica de 1979 y que fue una ingeniosa creación del entonces flamante líder iraní.