El Mecanismo Internacional, Independiente e Imparcial (IIIM, por sus siglas en inglés) fue creado en diciembre de 2016 por una resolución de la Asamblea General con el mandato de recabar, preservar y analizar potenciales pruebas de estos crímenes para ser usadas ante tribunales, tanto nacionales como internacionales.
HRW ha recordado que el IIIM fue una respuesta al veto de Rusia de hasta seis resoluciones sobre Siria, a las que desde entonces se han sumado otras seis, lo que ha bloqueado por completo el Consejo de Seguridad, el máximo órgano ejecutivo de la ONU.
«La creación del IIIM fue un importante paso hacia la Justicia por los graves abusos en Siria después de años de atrocidades», ha valorado Balkees Jarrah, asesor senior de HRW para justicia internacional.
Se intentó incluir el IIIM en el presupuesto de la ONU, pero no se consiguió y actualmente depende de las aportaciones voluntarias de cada país. Hasta ahora, 38 de los 193 miembros de Naciones Unidas, más la UE, han comprometido once millones de dólares, si bien se estima que los gastos para 2018 ascenderán a 14 millones de dólares.
«Los países comprometidos con la Justicia por los crímenes cometidos por todos las partes del conflicto sirio deberían dar pasos similares para garantizar al equipo los recursos que necesita para llevar a cabo su importante trabajo», ha reclamado HRW en un comunicado.
Jarrah ha subrayado que «los estados miembro deben apoyar las investigaciones creíbles sobre Siria para dejar claro que habrá un precio por las atrocidades cometidas».