El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, ha recalcado que el secretario general de la ONU está «en shock» por «el absoluto desprecio por la vida humana mostrado por Estado Islámico».
Asimismo, ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas y ha deseado una pronta recuperación a los heridos, antes de subrayar que «los responsables de estos ataques deben rendir cuentas».
El Observatorio Siri por los Derechos Humanos ha resaltado que el ataque «es el más violento y más sangriento desde que comenzó la Revolución Siria en Sueida».
Los yihadistas fueron derrotados en sus bastiones de Raqqa (Siria) y Mosul (Irak) el año pasado, lo que provocó el desmoronamiento de su ‘califato’. Desde entonces, han reforzado la defensa de los territorios que aún controlan en Siria, entre ellos la cuenca del río Yarmuk, en el suroeste.
Esta cadena de atentados coincide con la recta final de la campaña militar puesta en marcha el pasado mes de junio por el Gobierno de Bashar al Assad para reconquistar el feudo rebelde del suroeste, que abarca las provincias de Sueida, Deraa y Quneitra.