Las muestras de ADN hasta ahora únicamente han confirmado que el matrimonio gitano con el que vivía la niña, a la que llamaban ‘María’, no son sus padres biológicos. La Policía griega sospecha que la menorm, bajo custodia de los servicios sociales desde el 16 de octubre, puede haber nacido en otro país y haber sido vendida o secuestrada.
Ante la falta de avances, Atenas se ha puesto en contacto con la Interpol, que a su vez ha instado a los 190 Estados miembros a introducir los datos genéticos de la niña en sus respectivas bases nacionales. La Interpol ha pedido a los países que no dispongan de estos registros propios que faciliten a la organización toda la información de ADN de la que dispongan.
La Interpol ha emitido un aviso amarillo con la fotografía y el perfil genético de la niña para tratar de averiguar su origen y otro de color azul para tratar de recabar nuevas informaciones sobre el matrimonio que se hizo pasar por sus padres, Christos Salis y Eleftheria Dimopoulou.