De acuerdo con estos datos, las lesiones corporales descendieron en más de un 30 por ciento, los incendios provocados en más del 60 por ciento y los ataques a centros de acogida de refugiados en más del 70 por ciento.
El año pasado se redujo también sensiblemente el número de refugiados que llegaron a Alemania después de en 2015 y 2016 ingresaran en el país unos 2,1 millones de personas en busca de protección y asilo.
El servicio de Inteligencia atribuye la caída a la persecución de estos delitos por parte de la Justicia y las duras penas dictadas contra sus autores.
Pese a esta tendencia a la baja, en la primera mitad de 2018 se denunció casi día por medio un ataque a un centro de refugiados, según datos de la Oficina Federal de Investigación Criminal de los que se hace eco el diario ‘Neue Osnabrücker Zeitung’. A tenor de esta información, en el primer semestre se contaron 74 ataques racistas.