La política socialdemócrata, visiblemente afectada, permaneció unos minutos en el lugar del crimen, convertido en una especie de altar improvisado en recuerdo de la víctima.
Giffey es la primera representante del Gobierno de coalición que dirige la canciller Angela Merkel en acudir a Chemnitz, una ciudad del este de Alemania en la que desde el fin de semana en un clima de creciente tensión los extremistas de derecha tomaron las calles y llamaron a «dar caza a la criminalidad extranjera» como respuesta al acuchillamiento del hombre de 35 años de nacionalidad alemana.
Dos jóvenes migrantes, un iraquí y un sirio, permanecen en prisión preventiva por sospechas de asesinato.
Los extremistas de derecha, muy activos en las redes sociales y con gran poder de convocatoria en el este de Alemania, han anunciado nuevas protestas de cara al fin de semana. El este, donde el extremismo de derecha goza de mayor aceptación entre la población que en el resto del país, es un territorio hostil para miembros del Gobierno de Merkel.
Los ultraderechistas atacan de forma constante a los partidos tradicionales y los acusan de utilizar su poder en el Gobierno para dejar entrar de forma descontrolada a los migrantes en Alemania. Además, es habitual que cuando miembros del Gabinete de Merkel acuden a zonas de la extinta República Democrática Alemana (RDA) sean abucheados. La propia canciller, en una visita oficial al este del país fue recibida al grito de «traidora del pueblo».
El iraquí detenido como sospechoso pudo haber sido expulsado del país en mayo de 2016, de acuerdo con información facilitada hoy por la Justicia germana.
De acuerdo con el Tribunal Contencioso-Administrativo de Chemnitz, la expulsión del joven a Bulgaria hubiese sido procedente pero nunca llegó a ejecutarse y, transcurrido un plazo de seis meses, el procedimiento expiró.
El joven iraquí, de 22 años, podría haber sido enviado a Bulgaria porque ese fue el país en el que se registró por primera vez como solicitante de asilo al pisar territorio europeo. Posteriormente, la Oficina de Migración y Refugiados alemana (BAMF) también estudió su petición de asilo en el país pero la rechazó.
El hombre recurrió esta decisión ante los tribunales con éxito y desde agosto de 2017 su expediente se encuentra de nuevo en manos de la BAMF a la espera de resolución.
El migrante, junto a otro ciudadano sirio de 23 años, permanece en prisión preventiva.