Los europeos han exigido explicaciones a Estados Unidos sobre un programa de espionaje orientado a las instituciones de la Unión Europea y a millones de ciudadanos del viejo continente, al tiempo que el diario británico The Guardian afirmó el domingo que Francia, Italia y Grecia estaban entre los 38 «objetivos» vigilados por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense.
Ante la avalancha de documentos proporcionados por Edward Snowden, ex consultor de la NSA, quien se halla en centro de una trama digna de las mejores novelas de espionaje, Bruselas ha advertido incluso con las consecuencias que el caso podría tener en las negociaciones para crear una zona de libre comercio transatlántico.
«¡Entre socios no hay que espiarse!«, exclamó el domingo, en Luxemburgo, la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding.
«No se puede negociar un gran mercado transatlántico si hay la menor duda de que nuestros socios apuntan sus escuchas a las oficinas de los negociadores europeos», dijo, reclamando que Estados Unidos «disipe cuanto antes estas dudas».
Por su parte, el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, declaró en la televisión belga que el caso sería «muy grave» si se confirman las acusaciones.
«La claridad, la verdad y la transparencia es lo que podemos y debemos esperar de nuestros amigos y aliados. Las explicaciones estadounidenses son necesarias y urgentes», señaló en su cuenta de Twitter el comisario francés Michel Barnier.
Los tres comisionados respondieron así a las revelaciones del semanario alemán Der Spiegel, quien afirmó el domingo que PRISM, el programa de espionaje de la NSA, había apuntado a las instituciones de la Unión Europea.
Der Spiegel sustenta estas acusaciones en documentos confidenciales que pudo conocer gracias a las filtraciones del ex consultor estadounidense de la NSA Edward Snowden, reclamado por la justicia de su país por llevar a cabo las revelaciones sobre este programa.
«Nos pusimos en contacto inmediatamente con las autoridades estadounidenses en Washington y en Bruselas, y les presentamos las informaciones de la prensa. Nos dijeron que estaban verificando la exactitud de las informaciones publicadas ayer y que se pondrían en contacto con nosotros», anunció la Comisión Europea en un comunicado.
En Berlín, la ministra de Justicia alemana aseguró el domingo en un comunicado que «la parte norteamericana debe explicar inmediata y exhaustivamente si las informaciones de los medios de comunicación sobre medidas totalmente desproporcionadas de interceptación por parte de Estados Unidos en la UE son exactas o no».
Francia también pidió explicaciones
Francia también «pidió el domingo explicaciones» a Estados Unidos, indicó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, agregando que «estos hechos, en caso de confirmarse, serían totalmente inaceptables».
Ante esto, la Dirección Nacional de Inteligencia (ODNI) estadounidense anunció el domingo que responderá por vía diplomática a la Unión Europea.
«El gobierno estadounidense responderá de manera adecuada por la vía diplomática y a través del diálogo Estados Unidos/Unión Europea entre expertos de inteligencia que Estados Unidos propuso instaurar hace unas semanas», afirmó la ODNI en un comunicado enviado a la AFP.
Asimismo, Washington «conversará» de forma bitaleral con los Estados miembro de la UE, añade la ODNI, que rechazó pronunciarse sobre el contenido de las acusaciones.
«Si bien no comentamos públicamente las presuntas actividades de inteligencia, hemos sido claros sobre el hecho de que Estados Unidos recaba información sobre otros países del mismo modo que la recaban todos los países», explicó.
El sábado por la noche, el presidente del parlamento europeo, Martin Schulz, consideró que «si se demuestran estas acusaciones, sería un problema extremadamente grave que perjudicaría considerablemente las relaciones entre la UE y Estados Unidos».
El consejero adjunto de la Seguridad Nacional estadounidense, Ben Rhodes, se limitó a afirmar desde Sudáfrica, donde está acompañando al presidente Barack Obama, que los europeos se encuentran «entre los aliados más cercanos» de Estados Unidos en materia de inteligencia.
En uno de los documentos revelados por Der Spiegel, fechado en septiembre de 2010 y clasificado como «estrictamente confidencial», la NSA describe cómo espió a la representación diplomática de la UE en Washington.
Se utilizaron micrófonos en el edificio
Para llevar a cabo las actividades de espionaje se habrían utilizado micrófonos instalados en el edificio y realizado infiltraciones en la red informática que le permitían leer los correos electrónicos y los documentos internos.
De esta manera se vigiló a la representación de la UE en la ONU, según estos documentos en los que los europeos son calificados de «objetivos a atacar».
La NSA llegó a extender sus operaciones hasta Bruselas. Hace «más de 5 años», escribe Der Spiegel, los expertos en seguridad de la UE descubrieron un sistema de escucha en la red telefónica y de internet del edificio Justus-Lipsius, sede principal del Consejo de la Unión Europea, que alcanzaba hasta el cuartel general de la OTAN en las afueras de Bruselas.
En 2003, la UE confirmó el descubrimiento de un sistema de escuchas telefónicas de los despachos de varios países, entre ellos el de España, Francia, Alemania, Reino Unido, Austria e Italia.
Estos micrófonos habrían sido colocados en las cabinas de los traductores durante la construcción del edificio que actualmente alberga al Consejo de Ministros de la UE en Bruselas, en 1993 y 1994. Por tanto, resulta difícil saber si se trata del mismo caso del que habla Der Spiegel.
Diez años después, la investigación de la justicia belga no arrojó ningún resultado concreto. En 2011, el »Comité R», que controla los servicios de inteligencia belgas, denunció una investigación llevada a cabo «de manera bastante informal y más bien desordenada» y reveló que «la jerarquía del Consejo» europeo de aquel momento no mostró prisa porque el caso fuera resuelto.