La sociedad de EEUU prefiere la seguridad aunque tenga que ceder cotas de privacidad y suenen voces críticas. Y eso que el valor de la propiedad privada está muy asentado en la cultura estadounidense y un ejemplo de ello es el derecho a llevar armas. Pero el 11-S marcó el punto de inflexión en el que la protección a la nación se antepuso a principios tan fuertes como la propiedad y la privacidad. Así lo sostiene Julio Cañero, subdirector del Instituto Franklin, quien precisa, no obstante, que la realidad es más completa y que en la sociedad hay división; no piensa igual un joven estudiante de la costa que un ciudadano de clase media del interior del país.
“La clase media de EEUU piensa que hay que salvar a la nación por encima del derecho de cada individuo”, explica el experto. En cambio, entre estudiantes y jóvenes cala más el pensamiento europeo de mayor tradición de defensa de los derechos civiles como bien social.
Cañero sostiene que la Ley Patriótica y la política contra el terrorismo han dado lugar a situaciones tan peculiares, como que el Tea Party piensa como con los demócratas críticos con el espionaje y las escuchas. “En este grupo está muy arraigado el tema de la propiedad como derecho individual, heredado de la Declaración de Independencia de EEUU”.
Pero los atentados contra las Torres Gemelas introdujeron en una sociedad celosa de su propiedad el concepto de seguridad común. ¿Una contradicción? “Esa una cuestión compleja. Puede entenderse de alguna manera que el estadounidense piensa que para su logro individual necesita la seguridad que él no puede tener solo. También está el tema de la Segunda Enmienda y el uso de armas (…) El mundo ha cambiado y la amenaza ahora es global, de ahí el tema del espionaje en Internet…»
En España, como en Europa, está más arraigada la defensa de derechos civiles por la concepción del “bien social”. En materia de seguridad la política europea es más selectiva en las escuchas y en la vigilancia de objetivos. Cañero también cree que en Europa existe “más buenismo y confianza” en seguridad.
No obstante, los casos de los llamados ‘lobos solitarios’ tras los ataques de Londres y París están abriendo la revisión de las políticas de seguridad para avanzar en el control de las informaciones en Internet.