Es una imagen que no se veía desde los años cincuenta: una iglesia negra incendiada, quemada intencionadamente por grupos racistas. Este martes, unos desconocidos han prendido fuego un templo de la comunidad negra en Greenville (Misisipi). Posteriormente han pintado en una de sus paredes exteriores “vota Trump”.
El candidato Donald Trump es el favorito de la ultraderecha, derecha alternativa o ‘alt right’ (alternative right). Así se llama en Estados Unidos a la amalgama de activistas y militantes que, sin embargo, no se sienten representados por el Partido Republicano.
Se trata de una suma de grupos heterogéneos que tienen en común tan sólo su conservadurismo social: racistas y supremacistas blancos, islamófobos (que odian a musulmanes) y antisemitas (que odian a los judíos); xenófobos y anti-gais; o a los que pertenecen a movimientos neo reaccionarios (que se manifiestan en contra de la democracia y los derechos sociales).
Dan rienda suelta a su incorrección política en Internet, y pueblan la red de creatividades y memes que ensalzan sus valores o a sus líderes en sitios como 8chan. Desde que Donald Trump se convirtió en el candidato republicano, hacen campañas digitales a su favor.
Alegoría de Donald Trump creada por el usuario @PlacedeBastille. Entre otras frases, se lee: «Criatura legendaria» que protege el «Muro Blanco» y con escudo contra las «criaturas negras».
El líder disruptivo en el que validan su ideología
«Ha terminado octubre y parece que Donald Trump va a conseguir llegar a la Casa Blanca», se lee en uno de los foros de internet de esta orientación política, http://alternative-right.blogspot.com/.
Trump, probablemente el candidato más políticamente incorrecto de la reciente historia estadounidense, y desde luego el menos integrado en el Partido Republicano por el que se presenta, se ha convertido para la ‘alt right’ en un héroe de leyenda: quiere levantar un muro para “proteger” a Estados Unidos de la inmigración mejicana, coquetea con la prohibición de prohibir la entrada a los musulmanes, y se presenta como un mujeriego irreverente con las convenciones sociales impuestas por el feminismo.
Y, sin embargo, gran parte de las proclamas del candidato van en contra del ideario que se puede deducir de este grupo tan heterogéneo. “En gran medida, la buena recepción que tiene Trump entre la ‘alt right’ es que es el enemigo de sus enemigos”, opina el comentarista conservador J.J. McCullough. “Su agenda es menos importante que el hecho de que ofende a, y es odiado por, los enemigos de la ‘alt right’: los republicanos del establishment, los progres, los justicieros sociales, etc. Algunos de los más extremos incluso creen que Trump establecerá una especie de dictadura supremacista blanca, lo que es claramente ilusorio”.