«El próximo año, será el último de mi mandato», ha trasladado el diplomático jordano a su equipo, en un correo electrónico al que ha tenido acceso ‘Foreign Policy’. Sus cuatro años en el cargo concluirán a finales de agosto de 2018, por lo que se abre ahora un proceso para sondear y plantear posibles sustitutos.
«Después de reflexionar, he decidido no buscar un segundo mandato. Hacerlo, en el actual contexto geopolítico, podría implicar hincar la rodilla y suplicar, silenciar una declaración activista, reducir la independencia y la integridad de mi voz, que es vuestra voz», ha argumentado en su mensaje.
Tras «un año complicado», Al Hussein ha prometido dedicar sus últimos meses en el cargo a promover la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la que se cumple precisamente el septuagésimo aniversario en 2018. Este texto, ha añadido, sigue siendo válido como elemento para «hacer retroceder las múltiples tendencias que, por todo el mundo, parecen negar el valor de los Derechos Humanos».
Durante su etapa al frente del Alto Comisionado, Al Hussein ha sido una de las voces más claras en defensa de los Derechos Humanos de la ONU, con denuncias expresas contra gobiernos como el de Donald Trump, a quien criticó tanto en campaña como después de llegar a la Casa Blanca.
Entre sus declaraciones recientes figura además la consideración como «limpieza étnica» de la represión ejercida por las fuerzas de seguridad birmanas contra la minoría rohingya en el estado de Rajine. Fruto de estas operaciones, más de 600.000 personas han cruzado al vecino Bangladesh desde finales de agosto.