Las fuerzas especiales kenianas continúan combatiendo este martes con milicianos islamistas atrincherados en un centro comercial de Nairobi, en el cuarto día de enfrentamientos que han dejado al menos 62 muertos, indicaron a la AFP fuentes de seguridad.
El grupo islamista somalí Al Shabaab ha asegurado que sus «muyahidines» siguen «conservando sus posiciones» en el centro comercial Westgate de Nairobi, capital de Kenia, y que los rehenes están «aún vivos, pero muy desconcertados». Se han escuchado nuevos disparos en el exterior del centro comercial de Nairobi, según cuenta EFE.
«Hay un número indeterminado de cadáveres dispersos en el centro comercial y los »muyahidines siguen conservando sus posiciones», ha asegurado Al Shabaab a través de su nueva cuenta de Twitter, @HSM_PR.
«Los rehenes siguen en poder de los »muyahidines» dentro de Westgate y aún están vivos, parecen muy desconcertados, aunque en todo caso vivos», ha añadido.
«Podríais haber evitado todo esto y haber vivido vuestras vidas con relativa seguridad. Retirad vuestras fuerzas de nuestro país y llegará la paz», ha reclamado el grupo islamista, vinculado con Al Qaeda, al Gobierno keniano, que tiene presentes fuerzas en Somalia para apoyar al Gobierno de transición en este país.
Además, niegan las informaciones de que algunos de los atacantes del centro comercial de Kenia sean estadounidenses o británicos, según Reuters. Los que dicen eso «no saben lo que está sucediendo dentro», afirman en Twitter.
Al Shabaab ha modificado en varias ocasiones su cuenta de Twitter debido a las continuas suspensiones por parte de la red, pero ha ido informando a la prensa y a otras fuentes sobre estos cambios a través de correo electrónico o por otros medios.
La Policía, por su parte, pide que se «ignore la propaganda del enemigo», en alusión a algunos mensajes supuestamente publicados en Twitter por Al Shabab.
«El Westgate está bajo el total control de las fuerzas gubernamentales y estamos peinando la zona para asegurarnos de que es seguro para todo el mundo», agrega.
El Ministerio de Interior ha anunciado que los uniformados habían rescatado a todos los rehenes y se habían hecho con el control del Westgate. No obstante, el operativo de seguridad no ha concluido y fuentes militares han asegurado a la BBC que dentro del recinto permanecen dos o tres atacantes.
Los supuestos atacantes extranjeros, que la milicia islamista niega que estén involucrados, son dos o tres estadounidenses y una británica, viuda de un kamikaze de los atentados de Londres de 2005, según fuentes oficiales kenianas.
El martes por la mañana retumbaron tiros y explosiones en el centro Westgate; a eso de las 09H30 locales (06H30 GMT) un periodista de la AFP oyó un tableteo de armas automáticas que duró unos cinco minutos, sin poder asegurar que procedía del interior del edificio.
Los comandos, según las fuentes, fueron localizados y aislados en uno de los pisos superiores del centro. Testigos dieron parte de disparos aislados y de una explosión en el interior del edificio.
Según las autoridades kenianas, tres de los asaltantes murieron el lunes. este martes han informado de la muerte de otros seis terroristas.
El balance provisional de los enfrentamientos es de 62 muertos y otros tantos desaparecidos, así como de 200 heridos.
Un miembro de las fuerzas especiales kenianas que participó en los combates explicó la dificultad de la intervención, ya que los asaltantes se escondían en las tiendas del centro comercial, que estaba precintado para impedir el acceso, incluso a los periodistas.
Los asaltantes «quemaron colchones para desviar la atención e intentaron escaparse», dijo el jefe del ejército de Kenia, el general Julius Waweru Karangi.
Según el ministerio del Interior, más de diez sospechosos fueron detenidos para ser interrogados.
Entre los atacantes, que pertenecen a las milicias shebab somalíes, hay dos o tres estadounidenses y una británica, aseguró la ministra keniana de Relaciones Exteriores, Amina Mohamed.
La británica, que según la ministra habría participado «en muchas ocasiones» en acciones armadas, fue identificada por la policía como Samantha Lewthwaite, viuda de uno de los kamikazes de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, más conocida como la viuda blanca.
Los estadounidenses, por su parte, serían «hombres jóvenes, de 18 y 19 años, de origen somalí o árabe pero que viven en Estados Unidos, en Minnesota y en otro lugar», añadió la ministra de Exteriores en declaraciones a la televisión estadounidense PBS.
El ataque fue reivindicado por Al Shabaab, en represalia a la intervención militar keniana en Somalia, lanzada a finales de 2011.
El sábado, cuando empezó el ataque, este centro comercial de lujo, en parte propiedad de empresarios israelíes, estaba lleno. Según una fuente de seguridad, varios agentes israelíes apoyaron a las fuerzas kenianas para intentar rescatar a las personas que todavía seguían dentro.
El domingo por la noche el presidente keniano Uhuru Kenyatta indicó haber recibido ofertas de ayuda de varios «países amigos» aunque aseguró que la operación de rescate seguía dirigida por las fuerzas del país.
Varios extranjeros, entre ellos un médico peruano, dos francesas, seis británicos, un sudafricano, una surcoreana, una holandés, dos indios y dos canadienses, murieron en el ataque, así como un conocido poeta y política de ghanés, Kofi Awoonor.
El comando penetró el sábado a media jornada en el centro, disparando con armas automáticas y lanzando granadas contras los clientes y los empleados. Durante varias horas fueron saliendo personas que podían escapar a medida que las fuerzas de seguridad avanzaban dentro del edificio.
Se trata del atentado más mortífero en Nairobi desde un ataque suicida de Al Qaida en agosto de 1998 contra la embajada de Estados Unidos, que dejó más de 200 muertos.
Los intereses israelíes en Kenia ya fueron el objetivo de varios ataques reivindicados por Al Qaida: en 2002, un atentado suicida contra un hotel frecuentado por turistas israelíes mató a 12 kenianos y tres israelíes en Mombasa, una ciudad de la costa. Casi simultáneamente, en la misma ciudad, un avión de la compañía israelí El Al con 261 pasajeros a bordo escapó por poco a los disparos de dos misiles en el momento del despegue.
Según los testimonios, los agresores dispararon el sábado «indiscriminadamente» contra la gente que estaba dentro del Westgate. Según un empleado, Titus Alede, «nos dijeron: »Habéis matado a nuestro pueblo en Somalia, ahora os toca pagar»».
En Nairobi, un punto central en África del este donde viven numerosos extranjeros que trabajan en toda la región, el centro comercial Westgate estaba considerado por las agencias de seguridad como un posible objetivo de grupos relacionados con Al Qaeda, como Al Shabaab. El edificio, abierto en 2007, tiene restaurantes, cafés, bancos, un gran supermercado y varios cines que atraen diaramente a miles de personas.
El presidente estadounidense Barack Obama lamentó el lunes «una tragedia terrible» y ofreció su ayuda a Kenia.