Sindicatos y movimientos opositores habían llamado a la población a concentrarse en Quito para protestar contra medidas como la reelección presidencial, la reforma laboral y el aumento de las tarifas del transporte público, entre otras.
La marcha concluyó con disturbios y la detención de más de 70 personas. Además, según Correa, 16 policías resultaron heridos. El presidente ha felicitado en Twitter a las fuerzas de seguridad por su «profesionalidad» frente a la «violencia de manifestantes».
El mandatario ecuatoriano ha asegurado que esta violencia es «inversamente proporcional» a la cantidad asistentes y «directamente proporcional a su frustración». «Ya estos politiqueros no tienen cabida. Son sus estertores de agonía», ha añadido.
Correa ha advertido de que las autoridades sancionarán los actos «vandálicos» y «delincuenciales». El ministro del Interior, José Serrano, denunció el miércoles que los agentes, que portaban escudos con la leyenda »manifiéstate en paz», habían sido atacados con palos y cócteles molotov.
La protesta fue convocada por el Frente Unitario de Trabajadores y la Confederación de Nacionalidades Indígenas y contó con el respaldo de otros colectivos como un sector de los estudiantes y los partidos políticos Frente Popular y Asamblea de los Pueblos del Sur.